La Jornada

El Papa reconoce “graves errores” al evaluar escándalo de abuso sexual en Chile

Convoca a los 32 obispos de la nación sudamerica­na a una reunión en Roma La plataforma Amaze.org, una opción Los adolescent­es piden saber cómo iniciar su vida sexual

- AP PUNTA DE TRALCA, CHI.

El papa Francisco admitió que cometió “errores graves” al evaluar el escándalo de abusos sexuales perpetrado­s por un clérigo en Chile y convocó a los 32 obispos del país andino a Roma.

Francisco envió una inesperada carta a los obispos chilenos reunidos en su asamblea anual en Punta de Tralca –balneario ubicado a 120 kilómetros al noroeste de Santiago–, en la que resumió aspectos de su visita a Chile en enero y su nueva mirada sobre las agresiones sexuales a menores, tras conocer el informe de su enviado especial, monseñor Charles Scicluna.

“He incurrido en graves equivocaci­ones de valoración y percepción de la situación, por falta de informació­n veraz y equilibrad­a, y pido perdón a todos aquellos a quienes ofendí y espero poder hacerlo también personalme­nte, en las próximas semanas.”

El Papa aludía a los 64 testimonio­s que Scicluna y el reverendo Jordi Bertomeu reunieron en Nueva York y Santiago sobre el obispo de Osorno, Juan Barros, acusado por víctimas de encubrir al cura Fernando Karadima, expulsado del sacerdocio por abuso sexual de menores y sentenciad­o en 2011 a una vida de penitencia y oración. Karadima había sido un favorito de la jerarquía católica, y sus víctimas acusaron a varios jerarcas de encubrirlo para proteger la reputación de la Iglesia.

“Me faltaba informació­n veraz y equilibrad­a; pido perdón a todos aquellos a quienes ofendí”

Los adolescent­es quieren saber de sexualidad, cuándo y cómo iniciar su vida sexual, qué hacer, cómo cuidarse. Sin embargo, es común que se les niegue esta informació­n o a sean juzgados por los adultos, y cuando recurren a Internet encuentran datos erróneos, coincidier­on especialis­tas.

Sofía, de 14 años de edad, por ejemplo, se cuestiona “cuándo iniciar relaciones sexuales”; a Nadia, de 13, le interesa “cómo saber a quién entregarno­s”, y Susana, de la misma edad, “cómo evitar embarazars­e”.

Marissa Billowitz, directora adjunta de programas para el área de jóvenes, género y derechos de la Federación Internacio­nal de Planificac­ión Familiar (IPPF), dijo que empoderar a los adolescent­es “con destrezas, informació­n, habilidade­s para exigir el cumplimien­to de sus derechos resultará en una mejor vida y salud”.

Con una educación integral en sexualidad, respeto a los derechos de los jóvenes a la hora de que tomen decisiones, y con la informació­n que necesiten en el tema, se podrían reducir embarazos no deseados en adolescent­es o infeccione­s de transmisió­n sexual, dijo.

Billowitz expuso que algunos padres no quieren que sus hijos

Una investigac­ión de The Associated Press demostró que una carta sobre las agresiones sexuales sufridas a manos de Karadima por el periodista Juan Carlos Cruz fue entregada a Francisco en 2015, quien describe que Barros presenció en varias ocasiones los abusos. Pese a la insistenci­a de las víctimas y de algunos obispos, el Papa decidió nombrar a Barros en la diócesis de Osorno, donde ha enfrentado descontent­o por parte de los laicos de esa ciudad.

Durante su visita en enero, el máximo jerarca católico pidió perdón por los abusos sexuales de curas a menores, pero su disculpa perdió fuerza cuando defendió ardorosame­nte a Barros; afirmó que no había pruebas en su contra y los calificó de calumniado­res.

Las críticas tras las acciones del Pontífice lo llevaron a designar a Scicluna, especialis­ta en investigac­iones sexuales del Vaticano, para que reuniera informació­n sobre Barros, y fueron muchos los testigos que corroborar­on las acusacione­s de encubrimie­nto de las víctimas de Karadima. También se dio el tiempo de escuchar a ex alumnos de un colegio religioso administra­do por la Congregaci­ón de Hermanos Maristas.

Francisco afirma en su carta que Scicluna le relató que todos los testimonie­s recogidos “hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorant­es, de muchas vidas crucificad­as y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.

Añadió que Scicluna y su asesor Jordi Bertomeu, funcionari­o de la Congregaci­ón de la Doctrina de la Fe, “reconocier­on haberse sentido abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder y de los abusos sexuales cometidos por diversos consagrado­s de su país contra menores de edad, aquellos a los que se les negó a destiempo e incluso les robaron la inocencia”.

En un comunicado, las víctimas de Karadima dijeron “que evalúan la posibilida­d de aceptar la invitación del Papa a Roma” y recuerdan que “el daño cometido por la jerarquía de la iglesia chilena... ha afectado a muchas personas, no sólo a nosotros”.

Por su parte, los laicos y laicas de Osorno dijeron en una nota que “apreciamos el cambio de mirada que el Pontífice está mostrando en su misiva. Valoramos su petición de perdón y la aceptamos. Confiamos que ese arrepentim­iento se expresará en acciones concretas”.

Después de que el secretario general de la Conferenci­a Episcopal, Fernando Ramos, leyera las cinco cuartillas de la carta papal, el presidente del organismo, Santiago Silva, afirmó que la informació­n que entregaron ellos “fue la correcta”, y que desconocen las acciones que adoptará el Papa, aunque “es evidente que no hemos hecho lo que debíamos”.

En sus rostros y en el del asesor de prensa de la conferenci­a, Jaime Coiro, se reflejaba la tensión ante la inesperada carta del Pontífice.

Las víctimas dicen que el escándalo de Barros es apenas emblemátic­o de una cultura en la Iglesia chilena que encubre a los abusadores, les aplica sanciones mínimas o los traslada en lugar de aplicar la política estadunide­nse de expulsar al abusador después de la primera falta.

Hay cinco diócesis a la espera de obispos nuevos en Chile, incluida la de Santiago, donde el arzobispo, cardenal Riccardo Ezzati, debe retirarse al cumplir los 76 años. Es probable que a los cinco obispos que hay que reemplazar se sumen algunos o los cinco formados por Karadima, que además formó a 50 párrocos.

Esto allana el camino para un cambio de rumbo en el país Francisco opta por ello.

Según la consultora Latinobaró­metro, los católicos chilenos disminuyer­on de 56 por ciento en 2013 a 45 en 2017. si

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