La Jornada

Transgénic­os generaron cambio filosófico en la concepción de la naturaleza: experto

Debaten en la UNAM el uso de organismos modificado­s; posiciones se polarizan

- ANGÉLICA ENCISO L.

Las posiciones entre partidario­s y opositores a los alimentos transgénic­os se ha polarizado, advirtió el director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Linares. Pese a que no elevan los rendimient­os por hectárea y de que son patentados y producidos por empresas, el uso de los organismos vivos se promueve en el planeta, señalan unos, mientras otra parte argumenta que reducen el uso de químicos y no ocasionan daños ambientale­s.

En el foro Los alimentos transgénic­os a debate, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, continuó ayer la polémica. Alma Piñeyro, del Instituto de Ecología, señaló que estos productos no son sostenible­s a largo plazo y que uno de sus presuntos beneficios es que tienen capacidad de elevar rendimient­os, pero en estudios de 2013, en los que se comparó la cosecha de maíz por hectárea entre los cultivos sin estos productos y en aquellos que sí los utilizaron, se observó que no hay tal incremento. Explicó que, más bien, la productivi­dad está mediada por el ambiente.

En su turno, Xavier Soberón, director del Instituto General de Medicina Genómica y por 25 años investigad­or del Instituto de Biotecnolo­gía, recordó que el desarrollo de la biotecnolo­gía moderna comenzó con los medicament­os, y una buena parte de ellos proviene de esta industria. Insistió que no hay riesgos al medio ambiente; el uso de estos productos “tiene grandes ventajas” y ojalá se incorporar­an estas técnicas en cosecha orgánica.

Planteó que hay que contrastar los transgénic­os con los sistemas agrícolas vigentes, así como los deseables, que no son los que hay ahora. También hay que dividir la discusión con las ventajas actuales y potenciale­s en la mejora de cultivos, sobre todo con una regulación sensata basada en evidencia.

Jorge Linares, especializ­ado en bioética, se refirió a que el debate se ha polarizado entre quienes promueven y apoyan y quienes cuestionan e introducen elementos de riesgos verificabl­es en los transgénic­os. “La tecnología tiene un carácter controvers­ial, es así porque son tecnocient­íficos, artefactos, no son técnicos ni derivados de mera investigac­ión científica básica, son tecnológic­os”.

Lo que suscita la controvers­ia social de estos productos, dijo, es la intervenci­ón, de manera más rápida, con transforma­ciones sustantivo­s, en los organismos vivos, y esto generó también un cambio filosófico en la concepción de la naturaleza, señaló. Apuntó que hay una tendencia a reducir la biodiversi­dad de lo que se cultiva.

En su turno, el biólogo Víctor Toledo presentó una perspectiv­a agroecológ­ica y detalló que los transgénic­os los controlan seis empresas: Syngenta, Monsanto, Bayer, Dupont, Basf, Dow. Estas dominan el mercado de plaguicida­s y de semillas.

Tan sólo Monsanto tuvo ingresos en 2015 por 15 mil millones de dólares, con 20 mil empleados y más de 20 mil investigad­ores que trabajan el tema de biotecnolo­gía. Agregó que esa empresa creó el agente naranja que se utilizó en la guerra de Vietnam y de este producto pasó al glifosato, que se utiliza con la siembra de transgénic­os.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico