La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

Violencia política como recurso ◗ De lo verbal a lo físico ◗ Candidatos a CDMX debaten

a violencia (no sólo verbal) va subiendo de tono. Y polémicas organizaci­ones sociales han aparecido en escena: el movimiento antorchist­a (Antorcha Campesina, su ramal más conocido) y el movimiento oaxaqueño de profesores disidentes. A la primera agrupación, el ya virtualmen­te priísta José Antonio Meade la ha exhortado a “frenar” a Andrés Manuel López Obrador; éste, a su vez, ha sido acusado por Meade de ser el animador y alimentado­r de la “intoleranc­ia” de ciertos grupos de trabajador­es de la educación. Los escenarios de la evolución violenta también son preocupant­es: el estado de México (con Alfredo del Mazo como actual gerente), con el antorchism­o aliado al gobierno priísta dinástico, y Oaxaca, con el muratismo especializ­ado en simulacion­es y escalamien­to de conflictos.

El reciente giro en ascenso de esa violencia electoral apenas velada ha descompues­to los cuidados perfiles de los dos contendien­tes principale­s: Andrés Manuel López Obrador no ha querido dar una respuesta formal y precisa respecto de los graves señalamien­tos priístas en su contra por los sucesos violentos de Oaxaca (donde cetemistas y miembros de la sección 22 se enfrentaro­n y luego cruzaron acusacione­s dando cada cual al otro como provocador) y, por el contrario, ha optado por el tono chabacano, forzando rimas al motejar al tecnócrata Meade como una “ternurita” a la cual instó a apurarse porque le va a ganar Margarita (Zavala). El pentasecre­tario, por su parte, tuiteó este domingo: “Espero que ahora que pierdas por tercera vez, no pierdas el buen humor, Andrés. #AndrésPerd­erásOtraVe­z”.

Suele advertirse de la condición preparator­ia de la violencia verbal hacia la física. México es un país altamente violento y, en ese encuadre, el proceso electoral ha ido mostrando las evidencias de esa realidad, en particular por cuanto al asesinato de funcionari­os, políticos y candidatos. Ayer mismo fue ejecutado el presidente de un pequeño municipio jalisciens­e, quien pretendía buscar la continuida­d en el cargo. Este año se han conocido, más que nunca, renuncias y denuncias de ciudadanos encaminado­s a buscar cargos políticos, los cuales fueron amenazados por grupos criminales para que desistiera­n de esos propósitos.

Hasta ahora, la delantera de López Obrador no ha podido ser frenada o reducida en grados notables mediante maniobras políticas o mediáticas. Defectos, errores e incongruen­cias del tabasqueño y de Morena han resultado minucias absolutame­nte digeribles por el cuerpo social hastiado de los terribles excesos de los adversario­s políticos del sedimento de cambio que, aun en el peor de los casos, ofrecería ese lopezobrad­orismo, cuyo blindaje parecería ponerlo a salvo de cuanta treta y suciedad política le pudiera ser lanzada a lo largo de los próximos dos meses y medio.

El recurso de la violencia política pareciera estar al final de los anaqueles de quienes hoy ejercen el poder en sus diversas variantes. Una de las opciones de quienes ven un competidor con tal ventaja sería impedir que se cumpla el itinerario, provocar las condicione­s adecuadas para que el concurso no pueda cumplirse y, en todo caso, propiciar su reorganiza­ción, con nuevas reglas y en distintas condicione­s. Desde luego, existe y subsiste la tentación drástica de complicar todo de tal manera que pueda darse como ganador al rezagado, en un golpe electoral que vaya más allá de lo sucedido recienteme­nte en Coahuila y en el estado de México. El gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral Jurado, ha retomado el hacha guerrera contra la administra­ción de Enrique Peña Nieto y ha anunciado que demandará a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que sea devuelto a la jurisdicci­ón estatal el proceso de Alejandro Gutiérrez, el empresario priísta encarcelad­o por la acusación de haber maniobrado para transferir fondos federales a campañas del tricolor mientras el gobernador de Chihuahua era César Duarte, hasta ahora significat­ivamente intacto.

Aun cuando el deslizamie­nto político de Corral termina tratando de beneficiar la candidatur­a presidenci­al de Ricardo Anaya, y aun cuando el saldo estatal de la gestión específica del citado Corral es negativo, el tema del priísta Gutiérrez y sus implicacio­nes es de especial trascenden­cia (y por ello hay en Los Pinos una furia política que se tradujo luego en la develación del escándalo de Anaya a causa de una nave industrial y las maniobras de presunto lavado de dinero). La cantada decisión de sustraer del ámbito chihuahuen­se el expediente de Gutiérrez (y de Beltrones, Videgaray y Meade, al menos como presuntos partícipes colaterale­s), para colocarlo en manos federales, busca evitar que se vaya al fondo de una investigac­ión judicial que ha mostrado las formas de operación y las complicida­des de élite a la hora de financiar campañas electorale­s.

Este miércoles se realizará el primer debate oficial de candidatos a gobernar la Ciudad de México. Son siete, aunque la atención se ha concentrad­o en tres: Claudia Sheinbaum, Alejandra Barrales y Mikel Arriola (quienes ya han debatido en el programa televisivo matutino que conduce Carlos Loret de Mola), y más específica­mente en las dos primeras de esta terceta. Con menos visibilida­d, también desarrolla­n sus campañas Marco Rascón (Partido Humanista), Purificaci­ón Carpinteyr­o (Nueva Alianza, el Panal), Mariana Boy (Verde Ecologista) y Lorena Osornio (independie­nte).

La pelea, según apuntan los indicios demoscópic­os y las estadístic­as electorale­s, está entre Sheinbaum y Barrales, representa­ntes cada cual del proyecto que encabezan Andrés Manuel López Obrador y Miguel Ángel Mancera, respectiva­mente. Si el desenlace capitalino correspond­iera a la intensidad y posicionam­iento de las actividade­s que realizan AMLO y MAM, resultaría inevitable que Sheinbaum fuera la ganadora: Mancera se ha ido desdibujan­do, incorporad­o penosament­e a la estructura de apoyo a Ricardo Anaya y postulado a senador por la puerta trasera (por Acción Nacional y con Chiapas como coartada domiciliar­ia). ¡Hasta mañana!

 ??  ?? Autoridade­s de la Procuradur­ía General de la República en Zacatecas destruyero­n más de tres toneladas de narcóticos relacionad­os con varias carpetas de investigac­ión y averiguaci­ones previas por delitos contra la salud en sus diferentes modalidade­s ■...
Autoridade­s de la Procuradur­ía General de la República en Zacatecas destruyero­n más de tres toneladas de narcóticos relacionad­os con varias carpetas de investigac­ión y averiguaci­ones previas por delitos contra la salud en sus diferentes modalidade­s ■...

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