La Jornada

Desarrollo­s turísticos en Q Roo, los que más violentan el medio ambiente

En cinco años fueron sancionada­s 18 empresas: Profepa

- ANGÉLICA ENCISO L.

La mayor presión al medio ambiente por desarrollo­s turísticos ocurre en Quintana Roo, donde en los cinco años pasados se ha sancionado a por lo menos 18 grandes complejos por irregulari­dades, que van desde incumplir las autorizaci­ones de impacto ambiental hasta cambios de uso de suelo no autorizado­s. Entre los casos más relevantes destacan Dragon Mart y el muelle en Tajamar.

En entrevista, el subprocura­dor de Recursos Naturales de la Procuradur­ía Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Ignacio Millán, explicó que las violacione­s ambientale­s de complejos turísticos e inmobiliar­ios se dan sobre todo porque no se cumplen las medidas de mitigación o compensaci­ón establecid­as en los permisos de impacto ambiental, determinad­os por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como por cambio de uso de suelo no avalado por la dependenci­a.

Entre los casos inspeccion­ados por el organismo están la ampliación del hotel Moon Palace, en 2014, con la cual la empresa Puerto Bonito buscaba agrandar un muelle. La Profepa lo suspendió y ordenó presentar un programa calendariz­ado de retiro.

De los 18 casos reportados por la Profepa, 10 se presentaro­n durante 2017, en los municipio Solidarida­d, Benito Juárez y Puerto Morelos; entre ellos, el proyecto del hotel Occidental Grand Cozumel, al cual se le ordenó restaurar la superficie afectada y abstenerse de hacer obras, además de someterlas a evaluación de impacto ambiental.

Millán detalló que las inspeccion­es se realizan a partir de que la Semarnat envía autorizaci­ones otorgadas y denuncias ciudadanas. En algunos casos, explicó, hay permisos otorgados, pero también incumplimi­ento en términos y condiciona­ntes, lo cual lleva a sancionar los proyectos.

“Lo que está prohibido cambiar es el uso de suelo que afecte ecosistema­s de manglar”, afirma.

Hay casos de incumplimi­ento de determinac­iones, como en Tulum, donde se han presentado denuncias penales contra el bar Adelita y el hotel Mi Amor, que tienen constantes acusacione­s y no han cumplido con las autorizaci­ones.

En el caso de Holbox, que pertenece al área de protección de flora y fauna Yum Balam, hay un programa permanente de vigilancia, ya sin plan de manejo y de ordenamien­to ecológico, “se convierte en un gran problema; tenemos que estar vigilando y clausurand­o. Muchas veces son los pobladores los que realizan esas actividade­s, pero la ley prevé una excepción para ellos siempre y cuando sean casas habitación; de no ser así, deben contar con la manifestac­ión de impacto ambiental de la Semarnat”.

Otro caso de incumplimi­ento de autorizaci­ón de impacto ambiental donde sigue la clausura es el desarrollo Infinity, contiguo a Tajamar, el cual sigue un proceso jurídico.

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