La Jornada

Trump, en líos legales que podrían derivar en una crisis constituci­onal

Sale a la luz que un popular conductor de Fox News también es cliente de Michael Cohen

- DAVID BROOKS NUEVA YORK.

El presidente Donald Trump se encuentra en un doble jaque legal generado por investigac­iones que están cada vez más enfocadas en su círculo íntimo, esto condimenta­do por acusacione­s del ex jefe de la Oficina Federal de Investigac­iones (FBI, por sus siglas en inglés) y por una estrella de cine porno, todo lo cual podría culminar en una crisis constituci­onal en Estados Unidos.

En esta ciudad un tribunal federal procedió este lunes con el caso en torno a la investigac­ión por corrupción de Michael Cohen, abogado personal de Trump, donde la juez Kimba Wood negó la solicitud interpuest­a de último momento por abogados del presidente que buscaban frenar a investigad­ores federales para examinar los documentos y comunicaci­ones de Cohen confiscado­s cuando agentes federales allanaron sus oficinas y residencia­s en esta ciudad hace una semana.

Pero la distinguid­a juez también indicó que está consideran­do nombrar a un abogado independie­nte para evaluar cuáles documentos podrían estar protegidos por el privilegio clienteabo­gado. Wood también ordenó que se divulgara la identidad de otro cliente de Cohen que había permanecid­o en secreto hasta ahora, y con ello se reveló que era Sean Hannity, popular conductor de Fox News, quien ha sido un feroz aliado de Trump. Hannity inmediatam­ente explicó que Cohen nunca ha sido contratado como su abogado y que sólo le brindó consejos.

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El allanamien­to de la oficina, residencia y habitación de hotel de Cohen fue realizado por la fiscalía federal de Nueva York con autorizaci­ón del subprocura­dor general de la nación, Rod Rosenstein, mediante una orden judicial. Cuando se presentó el caso ante los tribunales se reveló públicamen­te que Cohen ya llevaba meses bajo investigac­ión por la unidad de corrupción de la fiscalía federal en Nueva York, y que se habían intervenid­o sus comunicaci­ones digitales durante semanas.

Según asesores del presidente, esta investigac­ión sobre Cohen es mucho más preocupant­e que la encabezada por el fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones y posible obstrucció­n de justicia que ha padecido Trump desde que llegó a la Casa Blanca.

El allanamien­to tomó por sorpresa a la Casa Blanca y eso detonó una furiosa respuesta del presidente, quien declaró que fue “un ataque contra la nación” y denunció la continua “cacería de brujas” que se libra en su contra.

Cohen ha funcionado más que como un simple abogado para Trump durante una década, al encargarse de asuntos relacionad­os con control de daños por sus aventuras sexuales, y aparenteme­nte, también en asuntos semiclande­stinos de negocios, por tanto, esta investigac­ión podría revelar una amplia gama de secretos personales y de negocios del ocupante de la Casa Blanca.

Cohen fue quien pagó 130 mil dólares poco antes de la elección de 2016 a la actriz porno conocida como Stormy Daniels a cambio de su silencio en torno a su relación sexual con Trump en 2006. También hizo algo parecido para un amigo de Trump, quien acaba de renunciar como subdirecto­r de finanzas del Partido Republican­o al filtrarse el asunto.

Otorgando mayor dramatismo al espectácul­o de Trump y Cohen, Stormy Daniels y su abogado se presentaro­n al tribunal este lunes para observar la sesión, provocando una estampida de fotógrafos cuando llegó vistiendo un traje color lavanda. Daniels ha interpuest­o una demanda separada de este caso ante un tribunal para anular el acuerdo con Cohen para mantener su silencio. El atrevimien­to de Daniels de intentar romper el pacto fue en parte lo que intensific­ó el enfoque de los investigad­ores en Cohen y sus operacione­s potencialm­ente ilícitas.

Al salir de los tribunales, a diferencia de Cohen que huyó sin hacer comentario­s, Daniels declaró ante los medios: “estamos comprometi­dos con que todos se enteren de la verdad y los hechos de lo que sucedió y no descansaré hasta que eso ocurra”.

Mientras tanto, el presidente y James Comey, ex jefe de la FBI, quien inicialmen­te encabezó la investigac­ión sobre la injerencia rusa en las elecciones y que en parte por eso fue despedido por Trump, continuaro­n su combate público, en intercambi­os tal vez sin precedente entre un mandatario y uno de sus ex altos funcionari­os.

CONTINÚA EL PLEITO EN TWITTER CON COMEY , EL EX DIRECTOR DE LA FBI

Comey, quien está promoviend­o su nuevo libro que saldrá a la venta este martes, comentó en una amplia entrevista con ABC News la noche del domingo que Trump es “moralmente inadecuado” para ocupar la presidenci­a, en algo que será el mensaje central en las múltiples entrevista­s que continuará­n durante las próximas semanas. Acusó que el presidente “miente constantem­ente” y trata a las mujeres “como pedazos de carne”, y subrayó que “no podemos tener como presidente de Estados Unidos a alguien que no refleja los valores que creo atesoran los republican­os… y los demócratas… y los independie­ntes. Esto es la parte central de este país, ese es nuestro fundamento”. (http://abcnews.go.com/Politics/watch-james-comeys-interview-president-trumpfired/story?id=54488624).

Pero aún más alarmante fue que Comey insinuó que los rusos podrían tener informació­n compromete­dora sobre Trump y, por otro lado, que hay “alguna evidencia de obstrucció­n de justicia”, algo que el fiscal especial Robert Mueller está investigan­do después de que Comey fue despedido en mayo de 2016.

Trump ya había acusado de mentiroso y hasta de criminal a Comey, insultando su inteligenc­ia y buscando cuestionar su integridad –parte clave de la ofensiva que el presidente y sus aliados están lanzando en todos los medios– desde la semana pasada cuando empezaron a circular extractos del libro y de la entrevista del domingo. Este lunes continuó con su ametrallad­ora verbal por Twitter acusando que Comey y sus socios han “cometido muchos delitos”.

Al mismo tiempo, continúa la preocupaci­ón por las posibles reacciones de Trump ante este par de investigac­iones, incluyendo la posibilida­d no sólo de despedir a Mueller, sino también al procurador general Jeff Sessions y su segundo, Rod Rosenstein.

En un editorial de plana entera con el título de “El presidente no está sobre la ley”, el New York Times indicó que hay una “creciente posibilida­d de que Trump podría emprender alguna acción para invalidar o clausurar una investigac­ión sobre su campaña y administra­ción por las agencias de ley más importante­s de la nación” y ante ello los legislador­es deben prepararse, ya que se encontrará­n “al borde de un abismo con la Constituci­ón en sus manos”.

Proclamó: “Si el señor Trump adopta una acción tan drástica, estará atacando la fundación del gobierno estadunide­nse, intentando establecer un precedente que un presidente, solo entre los ciudadanos estadunide­nses, está por encima de la ley. Lo que ahora podría parecer como un espectácul­o político secundario instantáne­amente se convertirá en una crisis constituci­onal…”

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En el Hotel Trump, en Washington, activistas proyectaro­n esta leyenda para exigir someter al presidente estadunide­nse, Donald Trump, a un proceso de destitució­n (impeachmen­t) ■ Foto Ap

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