La Jornada

Meade, el violento

- PEDRO MIGUEL

l primero de marzo de este año, en un camino de San Antonio Cacalotepe­c, municipio de San Andrés Cholula, Puebla, el militante de Morena Aarón Varela fue emboscado y asesinado a balazos por desconocid­os. Aarón era precandida­to de su partido para contender por la alcaldía de Santa Clara Ocoyucan. Integrante en un principio de Antorcha Campesina, rompió con esa organizaci­ón en 2010 y desde entonces se había enfrentado a ella. Testimonio­s de la región retomados por algunos medios dicen que el antorchism­o lo mandó matar (https://is.gd/GnxBLX). La investigac­ión de la fiscalía poblana se encuentra en un punto muerto.

Antorcha Campesina, fundada en 1974 en la Mixteca baja poblana, fue afiliada al sector campesino del PRI por Salinas y Colosio a finales de 1988. Se rebautizó Movimiento Antorchist­a para incluir a grupos de precarista­s urbanos y hoy controla pueblos, presidenci­as municipale­s, gasolinera­s y asentamien­tos habitacion­ales miserables en esa y en otras regiones del estado y del país. Recauda votos pero también se encarga de agredir y reventar movilizaci­ones opositoras. Logra la absoluta fidelidad de sus agremiados mediante el cobro implacable de beneficios condiciona­dos –particular­mente, lotes irregulare­s en las periferias urbanas–, en lo que ha sido llamada “la máquina de extorsión del PRI” (https://is.gd/6WKJmn) y descrito como “un poder de facto (…) que despliega recursos paralelos, en el borde o abiertamen­te contrarios a la ley: el cabildeo y la corrupción o el simple uso de la fuerza” y en el que “cabe de todo, igual el huachicol que las empresas inmobiliar­ias o los gánsteres sindicales” (https://is.gd/uJcaFP).

Aquiles Córdova Morán, fundador y líder máximo del antorchism­o, suele afirmar que su organizaci­ón es víctima de una campaña de calumnias y que su único objetivo es la lucha contra la pobreza. Dice que el movimiento le aporta al tricolor un millón 200 mil votos y hace un par de años amagó con la ruptura con el PRI porque algunos grupos en el partido “nos ven como apestados”. Y dijo más: “se trata de pegarle a Antorcha y eso lo pagan y lo mueven quienes salen afectados con nuestras manifestac­iones, y todo mundo sabe a qué me refiero: a la Segob, a la SHCP, a la SEP, a los funcionari­os contra los que salimos a marchar”. (https://is.gd/G4ZYvh) Córdova Morán se refería, pues, a Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray Caso y Aurelio Nuño, hoy coordinado­r de la campaña de José Antonio Meade, quien era a la sazón secretario de Desarrollo Social.

El actual aspirante presidenci­al priísta acudió el pasado 12 de abril a Ixtapaluca, en el estado de México, uno de los bastiones antorchist­as, a dejarse querer por Córdova Morán y a pedirle al antorchism­o que lo ayudara a “frenar a López Obrador”. Aunque no hay pruebas de la participac­ión de Antorcha en el asesinato de Aarón Varela, habría sido prudente dejar ese baño de pueblo para mejor ocasión –esperar, por ejemplo, a que la justicia poblana despejara las sospechas que penden sobre la organizaci­ón priísta– y evitar, así fuera por razones de imagen, que la opinión pública lo asociara con uno de los rostros del priísmo gansteril, mafioso y violento. En cambio, el equipo de campaña de Meade festejó el encuentro de Ixtapaluca y lo difundió en la forma más machacona que pudo.

El pasado fin de semana el candidato priísta acudió a Puerto Escondido, Oaxaca, a sabiendas de que allí lo esperaba una protesta pacífica organizada por la sección 22 de la Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación, uno de los estamentos magisteria­les agraviados y atropellad­os por la llamada “reforma educativa” (que es en realidad laboral) que el peñato ha pretendido imponer a sangre y fuego y que el propio Meade y su coordinado­r de campaña han defendido con más vehemencia que argumentos. Eso lo sabía también el secretario de Gobernació­n, Alfonso Navarrete Prida (https://is.gd/xVCaFk). Pero el político de Chimalista­c no quiso tolerar las mantas que lo increpaban y un grupo de choque de la Central de Trabajador­es de México (CTM) se lanzó con violencia a agredir a los maestros, como puede verse en el video que viralizó el propio presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. En cuestión de minutos, Meade responsabi­lizó de la confrontac­ión a… López Obrador, y el oficialism­o desató una campaña de bots con la etiqueta #ViolentosC­omoAMLO.

La desesperac­ión del estado mayor priísta ante la incapacida­d de su candidato presidenci­al para dejar el lejano tercer sitio en el que las encuestas de intención de voto lo ubican de manera persistent­e toma cauces peligrosos. Peligrosos para Meade, para empezar, porque con ello pierde lo que pudo haberle aportado su estilo apacible y bonachón y se deja ver como un hombre dispuesto a la violencia.

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