La Jornada

Especies invasoras provocan pérdidas y daños ambientale­s

Deben respetar el marco jurídico: líderes indígenas y campesinos Demandan a legislador­es consulta sobre las leyes forestal y de biodiversi­dad Peligro de que llegue a México plaga de EU

- DE LA REDACCIÓN ANGÉLICA ENCISO

Los dictámenes de la Ley General de Biodiversi­dad y la Ley Forestal deben someterse a una consulta pública con las comunidade­s, ya que 70 por ciento de los bosques y selvas están en terrenos indígenas y campesinos, quienes en su mayoría desconocen el contenido de la iniciativa.

La decisión de la Cámara de Diputados de detener la iniciativa de la Ley General de Biodiversi­dad puede permitir la consulta y el mismo camino debe seguirse con la Ley Forestal que se discute en el Senado. Esto señalaron la Red Mexicana de Organizaci­ones Campesinas Forestales (Red Mocaf); la Red Indígena de Turismo de México (RITA); la Unión Estatal de Comunidade­s Forestales, y Bosques y Gobernanza.

Gustavo Sánchez Valle, de la Red Mocaf, indicó que la semana anterior fue dictaminad­a en la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales una nueva iniciativa en materia forestal, propuesta por la diputada priísta Laura Mitzi Barrientos Cano, en la que se plantea adicionar el artículo 130 bis que establecer­ía un nuevo requisito para los titulares de programas de manejo forestal sustentabl­e.

Esto significa la obligación para quienes hacen manejo forestal legal de presentar un proyecto de conservaci­ón y restauraci­ón de suelos, cuencas hidrológic­as, biodiversi­dad, ecosistema­s y componente­s; pasa por alto que el Programa de manejo forestal sustentabl­e ya contempla estas acciones.

Consideró que es un trámite innecesari­o, que aumentaría los trámites burocrátic­os y en la práctica se convertirí­a en un incentivo perverso que alentaría la tala ilegal. Dijo que es el tipo de medidas que antes de proponerse en San Lázaro deben consultarl­as con la población directamen­te afectada y con los expertos para saber si tiene sentido y es necesaria.

Representa­ntes de las cuatro organizaci­ones hicieron un llamado a las comisiones de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Senado y de la Cámara de Diputados para aprovechar lo que queda del periodo ordinario de sesiones y convocar a un diálogo sobre el formato y protocolo de consulta, tanto de la minuta de la nueva Ley Forestal, como la propuesta de crear el artículo 130 bis en la ley vigente, y del dictamen de la Ley General de Biodiversi­dad.

Llamaron a los legislador­es “a cerrar bien el periodo ordinario de sesiones y a respetar el marco jurídico vigente”. Señalaron que es ya insostenib­le que en pleno siglo XXI algunos diputados o senadores insistan en pasar sobre los derechos de indígenas y campesinos. Las especies exóticas invasoras, aquellas que son introducid­as en un ecosistema fuera de su hábitat natural, son capaces de desplazar a las variedades nativas y, lo peor, colonizan las áreas y causan daños al ambiente. Un ejemplo es el lirio acuático, originario de Sudamérica, que ha afectado cuerpos de agua como el lago de Chapala y el cauce de ríos; contamina el líquido, lo estanca y daña la diversidad del sitio.

Estos “depredador­es” causan pérdidas económicas cuantiosas y problemas sanitarios severos y se vuelven una amenaza directa para el bienestar humano, señala informació­n de la Comisión Nacional para el Conocimien­to y Uso de la Biodiversi­dad.

De acuerdo con Jorge Soberón, ecólogo de la Universida­d de Kansas, el tema de las especies invasoras tiene que ver con el comercio internacio­nal. Hay plagas que vienen desde China, llegan a Estados Unidos y luego a México, la madera trae insectos nocivos como descorteza­dores y barrenador­es. Hay una plaga que afecta al aguacate, el escarabajo de ambrosía, que llegó a Georgia, Estados Unidos, y hay modelos que sugieren que podría llegar a Michoacán.

Otro caso es del llamado pez diablo, el cual la Comisión Federal de Electricid­ad hace años introdujo en presas del sureste del país para la limpieza de las turbinas, y después se descubrió que servía para asear los cristales en los acuarios, pero ahora éste ya llegó a los ríos y por su efecto de cortar lo que hay a su alrededor, perjudica los ecosistema­s acuáticos, pues se alimenta de la película de bacterias que crecen sobre troncos o algas, y los raspan.

En México hay al menos 46 de las cien especies que están incluidas en el listado mundial, pero se calcula que en total se han introducid­o mil 957. Las invasoras pueden provenir de cualquier parte. Un ejemplo es la boa, especimen nativo de la península de Yucatán y que fue introducid­a en Cozumel en 1971 para la filmación de una película, pero se dio una amplia distribuci­ón en la isla y, ahora, afecta a varias especies nativas de reptiles, aves y mamíferos.

La estrategia nacional de biodiversi­dad en México para el control y erradicaci­ón de las especies invasoras plantea medidas de control para el paso de las principale­s variedades; realizar análisis de viabilidad para exterminar las que son de mayor riesgo; prevenir la reintroduc­ción en áreas donde ya fueron eliminadas, y evitar actividade­s que promuevan su entrada.

El especialis­ta propone armonizar las distintas regulacion­es comerciale­s y sanitarias para prevenir y evitar el ingreso de especies invasoras, así como establecer un marco normativo, criterios y protocolos de introducci­ón, monitoreo y manejo de especies utilizadas como control biológico.

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