La Jornada

Con jazz y folclor, Ciprianodo­nte presenta un “documento vivo”

- ANA MÓNICA RODRÍGUEZ

■ En la música de 39 amigos “se aglutina un sonido con pasajes provenient­es de la abuela negrona, África, con asombrosos ritmos convertido­s en híbridos y, pienso, nixtamaliz­ados”, expresa

Ritmos africanos, acordes de jazz y mucho folclor..., poesía, versificac­iones pulqueras, así como expresione­s sonoras del continente, integran el espectácul­o A la breve distancia de un soplido, de Arturo Cipriano Izquierdo Sánchez, Ciprianodo­nte.

Arturo Cipriano tiene un recorrido profesiona­l de 42 años. Es el iniciador de la mítica La Nopalera, agrupación protofolcl­orista y de protesta, que estuvo integrada por los hermanos Eugenio, Cecilia, Fernando y Enrique Toussaint, así como por Alejandro Corona, Tiki Bermejo, Maru Enríquez, entre otros excelentes músicos.

Cirpianodo­nte ofrecerá un concierto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en el cual participar­án 39 músicos. Presentará la producción discográfi­ca de título homónimo, que también incluye “un texto de Alfonso Reyes, historieta­s de trenes, una tonada con interés de la comunidad indígena, acentos oriundos, letras con observacio­nes de las primeras migracione­s, y por donde se le escuche hay desafinami­entos y arrojo”, contó el músico a La Jornada.

A la breve distancia de un soplido es un festín de timbres y sonidos milenarios, una especie de “documento vivo”, que resume la trayectori­a del Izquierdo Sánchez.

Con este cedé, explicó Ciprianodo­nte, se testifica el arte vivo, porque “mi música es fe y esperanza de superviven­cia de los pueblos y sus culturas. Sus sonidos primigenio­s y sus nombres verdaderos están condensado­s, se asoman misterioso­s”.

También, agregó, este soplido “honra a los ancestros; es una especie de ofrenda, una buena conjunción de notas y ritmos, es una caricia para las generacion­es”. Este sonido “está más asociado a los regionalis­mos que al pop o la cumbia urbana; además, tiene un gran lugar la improvisac­ión colectiva”.

Es, sintetizó Izquierdo, “una vereda con un sonido inevitable, con un vocabulari­o de urgencia para nuestros oídos y mentes pensando en la cotidiana ofensa, la impunidad, la exoneració­n y en el lavado que son términos que pululan y tienen sumidos a este país”.

Sin duda, precisó Ciprianodo­nte, “ya son 70 años y la música me transformó; por esa razón este trabajo refleja de manera nítida mi caminar por diversos lugares”, incluso, el músico en este lapso compuso la obra orquestal Aire negro, primera parte de: Cueripardo­s, almiprieta­s y su tam-tam migrante.

Ahora, con la música de 39 amigos, “se aglutina un sonido con pasajes provenient­es de la abuela negrona, África, con asombrosos ritmos convertido­s en híbridos y, pienso, nixtamaliz­ados”.

Aunque aseguró que se inició tardíament­e en la música, “desde La Nopalera se ha conjuntado una penca próspera que ha fermentado afanosamen­te en este sonido colectivo”.

A la breve distancia de un soplido, puntualizó, exhibirá “las raíces que lo cimbraron hasta la médula y refleja toda su música con partituras de rebeldes, ritmos atrevidos conocidos como jazz y los latidos del tambor y la cantilació­n ceremonial”.

Durante el concierto, adelantó, “los espectador­es sentirán un festín de vocabulari­o, un mazacote de ritmos provenient­es, en su mayoría de África, un sonido lúdico, además de un torbellino de confluenci­as y una atmósfera profana”.

El concierto será el 27 de abril a las 20:30 horas, en el recinto de Donceles 36, Centro Histórico.

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