El Koala, sicario de confianza de López Serrano,
Según autoridades, participó en emboscada a militares en 2016
A sus 26 años de edad, Heriberto Picos Barraza, El Koala, ya era uno de los sicarios de confianza en el cártel de Sinaloa. Manejaba un bajo perfil, pero cualquier encomienda que venía de Dámaso López Serrano, El Mini Lic, la ejecutaba: una de ellas, silenciar al periodista Javier Valdez Cárdenas.
El conflicto por el poder dentro del cártel de Sinaloa dejó varios grupos, el de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán junto con Ismael El Mayo Zambada; el de Aureliano Guzmán, El Guano, y el de Dámaso López Núñez, El Licenciado, junto con su hijo, El Mini Lic.
Picos Barraza, según las autoridades federales uno de los homicidas del corresponsal de La Jornada en Sinaloa, optó por seguir a los Dámaso, grupo que cobraba fuerza.
De acuerdo con fuentes consultadas del gabinete de seguridad, Heriberto Picos fue uno de los que participó, el 30 de septiembre de 2016 en Culiacán, en la emboscada a un convoy de las fuerzas armadas con un saldo de cinco militares muertos.
El 16 de marzo del año pasado, mientras se fugaban del centro penitenciario de Aguaruto, en Culiacán, Juan José Esparragoza Monzón, El Negro; Rafael Guadalupe Félix Núñez, El Changuito Antrax; Jesús Peña González, El 20; Alfonso Limón Sánchez, El Contador, y Francisco Javier Zazueta, Pancho Chimal, en el doble fondo de un camión que había ingresado al penal a dejar madera, El Koala habría tenido la función de mantener la seguridad perimetral, en caso de ser requerido.
De acuerdo con los servicios periciales de la Procuraduría General de la República, el periodista Javier Valdez recibió varios impactos de bala en distintas partes del cuerpo, uno de ellos a quemarropa.
Durante el ataque, el 15 de mayo de 2017, se utilizaron dos armas de fuego de distintos calibres, una de ellas habría sido accionada por Heriberto Picos.
La primera lesión fue en la parte abdominal, el homicida pegó el arma al cuerpo del periodista; al momento de caer al suelo recibió otros siete disparos y cuando se encontraba ya en el piso, los homicidas accionaron de nuevo sus armas en tres ocasiones.