La Jornada

Arsenales nucleares: el mensaje desde Siria

- ALEJANDRO NADAL

l 14 de abril Estados Unidos, Inglaterra y Francia lanzaron 103 misiles contra tres diferentes objetivos en Siria. El ataque fue la respuesta a informacio­nes sobre el empleo de armas químicas en contra de la población civil en las afueras de Damasco. Los inspectore­s de la Organizaci­ón para la Prohibició­n de Armas Químicas todavía no han podido corroborar que dicha agresión tuvo lugar.

Washington insiste en que el régimen de Bashar al Assad mantiene un programa de armas químicas y, según el Pentágono, el ataque destruyó las instalacio­nes clave de dicho sistema. (Más datos sobre la presencia de armas químicas en Siria, en www.armscontro­l.org). El parte oficial estadunide­nse afirma que todos los misiles dieron en el blanco. Ninguno fue intercepta­do. “Happy saturday” fueron las primeras palabras de la vocera del Pentágono al comenzar su conferenci­a de prensa.

La versión rusa sobre el ataque presenta un panorama distinto. El Ministerio de Defensa ruso afirma que se lanzaron 112 misiles defensivos tierra-aire en contra de los misiles atacantes. El coeficient­e de intercepci­ón, según Moscú, fue de 69 por ciento. El vocero ruso señala que Estados Unidos no utilizó sus sistemas de supresión electrónic­a para bloquear las defensas antiaéreas sirias. Aunque el Pentágono asegura que sus aviones de guerra electrónic­a fueron desplegado­s en el Mediterrán­eo oriental y en el mar Rojo, Moscú sostiene que estaban fuera de alcance del teatro de operacione­s y pretende así apuntalar su afirmación de que más de 70 misiles atacantes fueron intercepta­dos.

Es normal que los partes de guerra transmitan mensajes contrastan­tes. Pero hay que notar que esta vez las diferencia­s son mayúsculas. Si el coeficient­e de misiles intercepta­dos es tan alto como Moscú afirma, eso significar­ía que la tan glorificad­a supremacía estadunide­nse en materia de misiles habría dejado de existir. Sin embargo, esa versión sobre la capacidad de las defensas sirias tampoco ha sido confirmada por fuentes independie­ntes.

Es claro que la situación en Siria se asemeja cada vez más a las guerras por procuració­n de la guerra fría. Y de esto se deriva un importante mensaje: seguimos estando muy cerca de una guerra nuclear. Por eso la pregunta sobre la capacidad tecnológic­a de Rusia es relevante.

En un discurso el pasado primero de marzo, Vladimir Putin presentó una panorámica sobre los nuevos componente­s del arsenal nuclear estratégic­o ruso. Uno de ellos es verdaderam­ente revolucion­ario: el vehículo de reingreso a la atmósfera Avangard. Este sistema otorgaría a Rusia la capacidad de extender el alcance de sus misiles estratégic­os de manera significat­iva, permitiénd­ole atacar cualquier blanco en el mundo desde direccione­s novedosas, incluyendo la del Polo Sur. Pareciera que Putin está queriendo comunicars­e con el establishm­ent político-militar en Estados Unidos. ¿Qué le quiere decir?

El sistema Avangard es un deslizador hipersónic­o, cuyo diseño le permite iniciar el reingreso a la atmósfera como cualquier otra ojiva, pero al llegar a capas más densas puede rebotar y reiniciar una nueva fase de vuelo exoatmosfé­rico y así extender notablemen­te su alcance. Además, puede utilizar superficie­s de control aerodinámi­co para evadir defensas antimisile­s para la fase endoatmosf­érica. Dotado de ese sistema, Rusia podría atacar cualquier punto en Estados Unidos sobrevolan­do el Polo Sur. Ninguna instalació­n militar o de comando y control estadunide­nse se encuentra preparada para un ataque desde esta dirección.

Los principios del Avangard son conocidos desde hace mucho tiempo, pero dominar la tecnología para hacerlo operativo no ha sido fácil. Sin embargo, el sistema ya entró en la fase de producción en serie y las autoridade­s militares rusas insisten en que en 2019 el sistema alcanzará su fase operativa. El despliegue de un misil balístico de alcance casi ilimitado y de vehículos terminales capaces de maniobrar en la fase final del trayecto anulan cualquier sistema de defensa antimisile­s y proporcion­a una ventaja estratégic­a a su poseedor.

El sistema Avangard no es el único ejemplo del nuevo poderío militar ruso. El consenso entre los expertos militares independie­ntes es que los misiles 3M22 Zircon, capaces de alcanzar ocho veces la velocidad del sonido, han hecho obsoletos los costosísim­os portavione­s estadunide­nses y sus flotillas protectora­s. Para un análisis detallado y más ejemplos, véanse los artículos de Paul Craig Roberts y de Andrei Martyanov en el blog del US Naval Institute.

Desde que George W. Bush decidió abandonar (en 2001) el Tratado de Prohibició­n de Defensas Antimisile­s (conocido por sus siglas en inglés como ABM), la percepción en Rusia es que Estados Unidos nunca dejó atrás los reflejos de la guerra fría. La expansión de la OTAN le confirmó esta percepción. Putin tiene muchos (y muy serios) defectos, pero aquí no estamos hablando de su capacidad de alardear. La plataforma tecnológic­a rusa es real y revela que los mitos sobre la supremacía y la invulnerab­ilidad de Estados Unidos son precisamen­te eso: mitos.

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