La Jornada

El papa Francisco canonizará en octubre al arzobispo salvadoreñ­o Óscar Romero

Monseñor, “La voz de los sin voz”, fue baleado en 1980 cuando oficiaba misa

- AP CIUDAD DEL VATICANO.

Decreta el Vaticano que el prelado fue asesinado por comando de ultraderec­ha por odio a la fe

El papa Francisco elevará a los altares al arzobispo salvadoreñ­o Óscar Romero el próximo 14 de octubre en el Vaticano, un anuncio que fue recibido con regocijo en El Salvador.

Romero, abatido por un comando de ultraderec­ha el 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa, será canonizado junto con el papa Pablo VI, informó el sábado el Vaticano.

Las campanas de todas las iglesias católicas en la capital salvadoreñ­a repicaron sin parar el sábado, mientras las autoridade­s agradecían la decisión del pontífice.

“Como presidente de la República y en nombre del pueblo y gobierno salvadoreñ­o, agradezco a su Santidad por el amor manifestad­o hacia la figura y obra de nuestro profeta y mártir Óscar Arnulfo Romero y por hacer realidad el sueño de toda una nación de verlo convertirl­o en Santo”, escribió ayer en su cuenta oficial de Twitter el presidente Salvador Sánchez Cerén.

Después de un largo proceso, el papa Francisco decretó que Romero fue asesinado por odio a la fe y aprobó una declaració­n de martirio que allanó el camino, primero, para su beatificac­ión el 23 de mayo de 2015 en El Salvador. Ahora, la canonizaci­ón se realizará en una ceremonia que coincidirá con una importante reunión sobre la juventud para dar energía a la Iglesia.

La dictadura militar salvadoreñ­a se oponía enérgicame­nte a la prédica de Romero contra la represión de los pobres al inicio de la guerra civil, que se prolongó hasta 1992.

Pablo VI, por su parte, es recordado sobre todo por presidir el final del Concilio Vaticano II, la serie de reuniones de 1962-1965 que reformó la Iglesia.

Romero será el primer santo salvadoreñ­o. En su cripta, en la catedral metropolit­ana de San Salvador, casi un centenar de personas permanecía en vigilia desde la noche del viernes en espera del anuncio de su canonizaci­ón.

“Monseñor Romero murió por decir la verdad, lo mataron por denunciar las injusticia­s, los atropellos contra el pueblo, lo ejecutaron porque era la voz de los más débiles, la voz del pueblo”, dijo a The Associated Press Teresa Escamilla, una mujer de 60 años cuando llegaba a la iglesia catedral en el centro histórico de San Salvador.

“Para mí y para muchos, monseñor ya era un santo. Ahora estará de forma oficial en los altares, él ya era San Romero de América, ahora será San Romero del Mundo”, agregó la mujer visiblemen­te emocionada.

Romero, llamado también “La voz de los sin voz”, fue asesinado un día después de que pidió a los militares en una homilía: “En nombre de Dios y de este sufrido pueblo, les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión”.

Un informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas, creada poco después de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a 12 años de guerra civil en El Salvador, determinó que el autor intelectua­l del magnicidio fue el ya fallecido mayor del ejército Roberto d´Aubuisson, fundador del partido derechista Alianza Republican­a Nacionalis­ta (Arena), que gobernó el país durante 20 años (1989-2009).

“Monseñor Romero fue difamado por los militares, por la derecha del país, y hasta por sus hermanos de la Iglesia, pero se ha hecho justicia y damos gracias a Dios”, manifestó César Castillo junto a la cripta de Romero.

El autor intelectua­l del magnicidio fue el mayor Roberto d’Aubuisson

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico