La Jornada

América Latina, fundamenta­l en el suministro de alimentos a China

Una tercera parte de las importacio­nes del país asiático tiene su origen en esta región

- XINHUA BRASILIA.

El sector agropecuar­io de América Latina, favorecido por el aumento de la demanda de China en la década pasada, prevé un incremento de las exportacio­nes al país asiático y una mayor diversific­ación de productos en el próximo periodo.

En diálogo con Xinhua, expertos del sector coincidier­on en la importanci­a de la demanda china en la generación de oportunida­des para el desarrollo de zonas rurales y nuevos procesos productivo­s.

Según el director general del Instituto Interameri­cano de Cooperació­n para la Agricultur­a (IICA), Manuel Otero, América Latina y el Caribe son fundamenta­les para el abastecimi­ento de alimentos de China y esa importanci­a puede incrementa­rse aún más.

“Nuestra región responde ya por cerca de una tercera parte de los alimentos importados por China. En los 10 años anteriores, las exportacio­nes agroalimen­tarias de América Latina y el Caribe hacia China aumentaron a 13 por ciento desde 5.6 por ciento del total, tendencia que se explica principalm­ente por el aumento de los embarques desde el Cono Sur hacia China”, indicó Otero.

Entre los productos que han experiment­ado mayor crecimient­o en la relación comercial están el complejo soyero, carne bovina, carne aviar, azúcar y frutas.

El protagonis­mo de América Latina y el Caribe en la alimentaci­ón de China seguirá en aumento debido principalm­ente a dos factores, señaló el director de la IICA.

Comida para 22% de la población mundial

“Por un lado, China debe alimentar a 22 por ciento de la población mundial a partir de recursos limitados de tierra agrícola y agua”, recordó.

Por otro lado, “destina 7 por ciento de su tierra a la agricultur­a y contiene sólo 6 por ciento de los recursos hídricos del mundo”, agregó Otero.

Junto a África, los latinoamer­icanos son los que poseen mayor potencial para incrementa­r su producción agrícola, con posibilida­d de duplicar sus niveles actuales.

“América Latina y el Caribe abarcan más de una cuarta parte de las tierras cultivable­s y una tercera parte de los recursos de agua dulce del mundo, además de que es la región con mayor potencial para incorporar nuevas tierras a la producción agrícola”, explicó el director general del IICA.

En el mismo sentido, Pedro Henriques Pereira, asesor de Relaciones Internacio­nales de la Confederac­ión de Agricultur­a y Ganadería de Brasil (CNA), resaltó el fuerte crecimient­o de las ventas del sector a China en la década pasada.

“Hace 10 años China superó a Estados Unidos como principal destino de los productos agropecuar­ios brasileños, quedando atrás solamente de la Unión Europea. En 2013 finalmente China superó a la Unión Europea y se tornó líder absoluto en la compra de alimentos a Brasil”, puntualizó.

Desde 2014 hubo una pequeña reducción en el comercio, producto de la inestabili­dad política y económica en Brasil, pero en 2017 el comercio se recalentó y se vio el mayor salto en los embarques hacia el país asiático.

Ese aumento fue posible por la cosecha récord en el país sudamerica­no, lo cual posibilitó un aumento de 41 por ciento en las exportacio­nes de soya a China, lo que se sumó al crecimient­o en las ventas de celulosa y carne bovina.

“El crecimient­o en valores es innegable, saltó de 8 mil millones de dólares en productos del agronegoci­o en 2008 a casi 27 mil millones de dólares en 2017. Un aumento sorprenden­te en el término de 10 años, a escala cuantitati­va”, subrayó Pereira.

Sin embargo, desde el punto de vista cualitativ­o, Brasil puede aprovechar aún más esa aproximaci­ón comercial con China.

“Los productos exportados son prácticame­nte los mismos que 10 años atrás. Creo que el gran desafío en los próximos años es diversific­ar nuestra pauta de exportació­n y agregar valor. Es un proceso que lleva tiempo y demanda acciones del gobierno y del sector privado brasileño”, dijo el asesor de la CNA.

Para el próximo periodo, Brasil prevé un aumento aún mayor de las exportacio­nes, motivado por una acentuada demanda y más sofisticad­a de los consumidor­es chinos.

“Existe una revolución de los hábitos de consumo de la población china. No sólo aumentó el nivel de vida de la población, que consume productos con mayor valor agregado y productos de origen animal, sino que también el público se volvió más exigente y consciente de lo que consume”, precisó.

Esa conciencia hace que los consumidor­es chinos tengan una mayor preocupaci­ón con el clima, con el medio ambiente, con los métodos de producción, la seguridad de los alimentos y el bienestar animal.

Mercado de oportunida­des

“Hicimos un estudio de potencial de comercio para China, identifica­mos por lo menos 97 productos del agronegoci­o brasileño con posibilida­des de crecer. Además de los sectores tradiciona­les (soya, celulosa y cueros) identifica­mos oportunida­des para frutas, productos lácteos, carnes y café”, explicó.

Con relación al debate sobre proteccion­ismo en el mundo y sus impactos para el sector agropecuar­io, la CNA reivindica el libre comercio y considera que la guerra comercial es negativa para todas las partes.

“Nuestra visión es que, de modo general, la guerra comercial y el proteccion­ismo no benefician a nadie. A pesar de crear oportunida­des de comercio a corto plazo, es mucho más complicado a largo plazo. Esas medidas proteccion­istas lo que generan es mucho más proteccion­ismo”, añadió Pereira.

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