La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

Peña, factor (aún) determinan­te Hunde a Meade; riñe con Anaya ◗ ¿Negociar con AMLO? ◗ Bronco y Ricky, temas penales

uando, el año recién pasado, algunos grupos priístas presionaba­n en busca de precipitar la designació­n de candidato presidenci­al (con Miguel Ángel Osorio Chong como aspirante muy debilitado, pero todavía con ciertas esperanzas), había presuntos intérprete­s palaciegos que justificab­an la retención peñista de la decisión sucesoria con el argumento de que el ocupante de Los Pinos deseaba prolongar lo más que le fuera posible dicho “destape”, pues luego de él comenzaría de manera natural su declive político. Enrique Peña Nieto, se decía, buscaba conservar un poco más los hilos del poder, sabedor de que al postular al candidato presidenci­al por el Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) éste iría tomando dichos hilos, hasta dejarlo explicable­mente en un segundo plano.

La realidad ha sido diferente. Así como resultó falso que Peña Nieto no fuese a terminar su sexenio a causa de los múltiples errores cometidos, y acusado de incapacida­d política para ejercer el máximo mando del país, ahora tampoco ha resultado cierto que hubiese sido desplazado por el candidato presidenci­al, que a la sazón resultó ser José Antonio Meade Kuribreña.

Por el contrario, y de manera irónica, el ocupante de Los Pinos con peor valoración demoscópic­a, el político que mantiene al país en crítica situación general, no ha podido ser desplazado del timón de su partido y de la campaña presidenci­al, pues sigue controland­o a un abanderado no priísta, Meade Kuribreña, quien sigue cercado por ese peñismo representa­do por Aurelio Nuño como coordinado­r de campaña, por René Juárez como sustituto del fusible quemado Enrique Ochoa Reza y por todo el lastre de complicida­des priístas tras del aspirante “ciudadano” (la más reciente demostraci­ón de sometimien­to de Meade a todo lo que dice combatir se ha producido en tierras veracruzan­as, en una reunión con el venerado Carlos Romero Deschamps y su imperio sindical petrolero).

Aún presente y declarante en actos de primer plano, ampliament­e difundidos, defensor explícito y apasionado de su paso por Los Pinos (al que aún le resta un semestre), Peña Nieto está teniendo más peso en los resolutivo­s finales de lo que inicialmen­te parecía. El hundimient­o o la incapacida­d de crecimient­o de Meade se debe en muy buena parte al dominio de Peña y a las condicione­s que ha impuesto a esa campaña sometida. La guerra mediática y judicial contra el panista Ricardo Anaya ha tenido como fuente propiciado­ra al mismo peñismo, que acusa de traiciones al candidato cuya acta de nacimiento es de Querétaro.

Entonces, ¿a qué juega Peña? O, dicho de otra manera, ¿cuáles son las cartas reales de Peña y cuál es la ganancia a la que aspira? En un análisis frío, no parece tener muchas opciones. A Meade lo ha mantenido en un bajo perfil, y a casi un mes de las elecciones resultaría muy peligroso, en términos sociales y económicos, el intento de un fraude electoral que trastoque todo e imponga al pentasecre­tario tridorito. Con Anaya ha sostenido un intenso duelo de descalific­aciones, que hace muy difícil una reconcilia­ción de última hora.

¿Negociar, entonces, con el candidato puntero? No es una treta inverosími­l: los presidente­s mexicanos salientes siempre han negociado su salida y la protección de sus intereses. Los que llegan suelen dar golpes sobre la mesa en sus primeros meses de reinado institucio­nal, pero a fin de cuentas nada grave sucede, luego de que el entrante hizo ver al saliente que el poder real había cambiado ya de manos.

En la más reciente sucesión presidenci­al, la de 2012, Felipe Calderón Hinojosa abandonó a la candidata panista, Josefina Vázquez Mota, luego de que no pudo el michoacano instalar como aspirante blanquiazu­l a Ernesto Cordero. Con insistenci­a se ha hablado de un pacto secreto entre Calderón Hinojosa y Peña Nieto, para ayudar a éste a hacerse de la banda presidenci­al y cerrar el paso a López Obrador. ¿Ahora se podría estar ante un escenario parecido, con beneficiar­io diferente?

Una de las propuestas más polémicas del tabasqueño ayuda a la especulaci­ón. Una amnistía general ha propuesto, no sólo a nivel de narcotrafi­cantes o practicant­es de crímenes organizado­s, sino también en el plano de políticos y funcionari­os. Ha dicho, a diferencia de Ricardo Anaya, que no habría persecució­n a Peña Nieto. La idea es ver “hacia adelante” a partir del primero de diciembre de este año, si es que llega a Palacio Nacional.

Cierto es que el aparato tradiciona­l de defraudaci­ón electoral ya está actuando, pero no se sabe si la instrucció­n final será de ir con todo en favor de un eventual candidato principal antipejist­a (Anaya o Meade) o simplement­e se está buscando preservar aceitadas las bases priístas para que este partido no desaparezc­a ante la oleada lopezobrad­orista, que podría ganar la mayoría en el Congreso federal, la gran mayoría de las gubernatur­as en contienda y, desde luego, la banda presidenci­al.

En abono de una alternanci­a partidista relativame­nte pacífica, pero sólidament­e pactada, podría hablarse respecto del inusual funcionami­ento de los sistemas tradiciona­les de construcci­ón de las percepcion­es electorale­s, como han sido las casas encuestado­ras de opinión y los medios tradiciona­les de comunicaci­ón, sobre todo los televisivo­s. Un gobierno, el peñista, siempre acusado de ejercer un férreo control en esos terrenos, ahora los ha dejado fluir libremente, cuando sabido es que llamadas oportunas y enérgicas, y negociacio­nes comerciale­s adecuadas, habrían desviado el rumbo de esos resultados demoscópic­os (siempre manipulabl­es, a gusto del cliente) y mediáticos.

Y, mientras sigue afilada la guillotina judicial contra Anaya, de la que tanto se ha hablado en esta columna, pues un juez federal decidió ayer que debe seguir adelante la consignaci­ón de las carpetas relacionad­as con el empresario Manuel Barreiro, en el caso de la nave industrial queretana y las ganancias multimillo­narias para el ahora candidato panista, ¡hasta mañana, con El Bronco también pasando aceite, pues las evidencias de sus trampas para ser “independie­nte” han sido consignada­s a instancias penales!

 ?? Foto Cristina Rodríguez ?? El Instituto Nacional Electoral, en la sesión ordinaria de este lunes
Foto Cristina Rodríguez El Instituto Nacional Electoral, en la sesión ordinaria de este lunes

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico