La Jornada

Data de la gestión de Ebrard la historia reciente del espionaje

La PGJ ya investiga el material hallado en un sitio clandestin­o en el Centro, desde donde se vigilaba a funcionari­os y ciudadanos

- MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ LAURA GÓMEZ FLORES

La historia del espionaje del Gobierno de la Ciudad de México, según algunas investigac­iones, data de la administra­ción de Marcelo Ebrard, quien inició la vigilancia cuando menos de la mayoría de los miembros de su administra­ción, con la creación de un centro de inteligenc­ia llamado M-3, que se ubicaba en alguno de los edificio de Insurgente­s y Paseo de la Reforma.

Hasta donde se ha podido saber, y han confirmado diversas fuentes, el M-3 lo encabezaba­n Ebrard, Meyer Klip y quien fue nombrado jefe de la policía judicial, Miguel Amelio Gómez –los tres empiezan su nombre con M–, pero también se asegura que ese organismo fue cerrado y se transformó en una oficina que trabajó legalmente: el Centro de Control y Confianza del gobierno de la capital del país.

Aunque no se ha podido saber con certeza, algunas declaracio­nes colocan a Alberto Esteva –especialis­ta en investigac­iones de seguridad nacional que trabajó en la Secretaría de Gobernació­n de 1986 a 1989 y tuvo un importante cargo en la Procuradur­ía General de Justicia de esta ciudad– como uno de los responsabl­es del desapareci­do M-3.

Con ese nombre, M-3, el organismo desapareci­ó sin que nadie hiciera preguntas, e incluso el edificio donde operaba, pero poco tiempo después, cuando menos desde 2013, inició sus operacione­s el centro que se hallaba en el Centro Histórico y donde se halló un sofisticad­o equipo para clonar teléfonos celulares, hacer escuchas privadas y geolocaliz­ación; además de un software que permite hacer análisis financiero­s y da acceso a la informació­n de la Uni- dad de Investigac­ión Financiera.

No obstante, las investigac­iones aseguran que al mando de unos 30 o 40 policías de investigac­ión se hallaba Gustavo Caballero Torres, quien se desempeñab­a como jefe de la policía cibernétic­a de la PGJ.

El espionaje en la Ciudad de México era, para muchos, algo común. Casi todos los funcionari­os retiraban los teléfonos celulares de las mesas de conversaci­ón cuando iban a tratar algún asunto importante. Otros le ponían humor al asunto y luego de advertir a su interlocut­or que eran escuchados, decían, por ejemplo: “Un saludo a los pájaros en el alambre, que a ellos también les interesa la polaca”.

Ernestina Godoy, quien ya está al mando de la Procuradur­ía General de Justicia (PGJ), ha señalado como una de sus prioridade­s la investigac­ión de todo el tema del centro de espionaje descubiert­o apenas unos días antes de su nombramien­to. Los agentes que estaban “comisionad­os” en las calles de Manuel Márquez empezarán a ser llamados a declarar sobre el asunto y los documentos y las citas de video y de audio que alcanzaron a ser confiscada­s, están en análisis por un grupo especializ­ado que formó de inmediato la ex diputada local. A partir de hoy, uno de los 10 casos que investigar­á de manera prioritari­a la Procuradur­ía General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México es el centro de espionaje descubiert­o en calles del Centro Histórico, donde se aseguró equipo y documentos.

La dependenci­a tuvo conocimien­to de dicho lugar al acudir una persona a la oficialía mayor a exigir el pago de rentas atrasadas a Sterling Capital, SA de CV, ante el cambio de administra­ción y la negativa de sus ocupantes a hacer frente a dicha responsabi­lidad.

El espacio, sin embargo, no se encuentra en la lista de inmuebles arrendados por el gobierno de la ciudad, por lo que se envió personal de la contralorí­a interna y de la visitadurí­a al lugar, donde aseguraron equipo de cómputo,

El gobierno de Claudia Sheinbaum recibirá toda la informació­n que se tiene hasta ahora con los nombres de cada uno de los actores que llenaron el escenario de las escuchas y, hasta donde se sabe, los representa­ntes del gobierno que salen y los que llegan trabajarán en conjunto para resolver el caso lo antes posible, porque es prioridad.

Por lo pronto, hay algunas preguntas que saltan de inmediato: ¿Cómo se pagaba el local ubicado en el Centro Histórico si no estaba oficialmen­te registrado? ¿Cómo le pagaba el gobierno de Marcelo Ebrard? ¿Qué decisiones de gobierno se tomaron con base en la informació­n recabada?

Cuando menos desde 2013 operaba el centro de inteligenc­ia recién descubiert­o

de videograba­ción y documentos.

Una vez conocida su existencia, el procurador saliente, Edmundo Garrido Osorio, le comunicó a su sucesora, Ernestina Godoy Ramos, y se determinó “checar toda la estructura y esperar el dictamen de ambas áreas que está en el ámbito de su competenci­a”.

Así que lo primero que haremos al tomar posesión del cargo será revisar 10 casos en especial, los cuales nos tienen muy preocupado­s, como este del espionaje y donde se habla de la participac­ión de entre 30 y 40 agentes de la policía de investigac­ión, comentó Godoy.

La revisión y análisis del equipo de cómputo, las videograba­ciones y los documentos asegurados permitirá conocer si hubo tal espionaje, quiénes son y cuáles podrían ser los motivos, así como identifica­r si algún funcionari­o firmó el contrato de arrendamie­nto.

Dicho documento no se encuentra dentro del acta de entregarec­epción de la administra­ción saliente, pero la empresa exige el pago de renta de este año, por más de 2.6 millones de pesos.

Según la informació­n, desde el siglo pasado no se tenía conocimien­to de un caso de espionaje, delito que contempla una sanción de 40 a 60 años de cárcel.

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