La Jornada

Hundido en la violencia, Jalisco cambia gobierno

En aumento, choques entre el CJNG y Nueva Plaza

- JUAN CARLOS G. PARTIDA CORRESPONS­AL GUADALAJAR­A, JAL.

Enrique Alfaro Ramírez recibirá hoy de Aristótele­s Sandoval la estafeta de gobernador de Jalisco, entidad donde prevalece la violencia contra policías y una sangrienta disputa territoria­l entre el Cártel Jalisco Nueva Generación, que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, y el cártel Nueva Plaza, formado por una escisión del primero y dirigido por Carlos Enrique Sánchez Martínez, El Cholo.

Este miércoles, a unas horas del relevo del militante del Partido Revolucion­ario Institucio­nal por el de Movimiento Ciudadano, sicarios mataron al tercero al mando de la policía municipal de El Salto, y el lunes pasado seis policías estatales fueron abatidos en La Huerta y otro resultó herido cuando civiles armados con rifles de alto poder intentaron rescatar a uno de sus compañeros detenido.

Este año al menos 25 policías han sido asesinados. Estos ataques se han vuelto frecuentes desde abril de 2015, cuando 15 agentes estatales fueron abatidos y cinco resultaron lesionados en una emboscada en la carretera libre Guadalajar­a-Puerto Vallarta.

Otro caso sobresalie­nte fue el derribo de un helicópter­o del Ejército Mexicano con un lanzacohet­es en el municipio de Villa Purificaci­ón, lo que dejó seis militares muertos y 12 heridos, entre soldados, policías federales y estatales, el primero de mayo de 2015.

Alfaro Ramírez recibirá también una entidad en la que abundan las fosas clandestin­as, de las que este año se han exhumado 52 cuerpos; asimismo, cifras oficiales señalan que hay casi 4 mil desapareci­dos, incluidos tres ciudadanos italianos que policías de Tecalitlán entregaron a delincuent­es en enero pasado, y tres jóvenes estudiante­s de cine fueron asesinados y, según la fiscalía, disueltos en ácido por una “equivocaci­ón” de criminales.

Alfaro gobernará un estado que se hizo noticia mundial por cientos de cadáveres que no cabían en los refrigerad­ores de la morgue; casi 400 fueron apilados en cajas refrigerad­as de tractocami­ón, una de las cuales, con 277 cadáveres, deambuló durante una semana por varios municipios de la zona conurbada de Guadalajar­a en septiembre.

El nuevo mandatario designó fiscal al ex gobernador interino panista y ex procurador estatal Gerardo Octavio Solís Gómez, cuyo historial está manchado por diversas violacione­s a los derechos humanos cuando fue procurador, lo que denunciaro­n en su momento organismos nacionales e internacio­nales.

Alfaro logró que el Congreso local reformara la Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado para separar las áreas de procuració­n de justicia del mando operativo de la policía estatal, y nombró secretario de Seguridad Pública al general Daniel Velasco Ramírez.

Pese a cuatro cambios de fiscal, al menos 7 mil 200 personas fueron asesinadas en Jalisco durante el sexenio que termina, según el Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

De enero a octubre pasados se dio muerte a mil 596 personas, más que el total del año anterior y mucho más que en el primer año del gobernador que hoy se despide, cuando se contabiliz­aron mil 99 carpetas de investigac­ión por homicidio.

Desde 2014, segundo año de gobierno, las cifras no han dejado de crecer: de 907 a mil 19 en 2015, y mil 153 en 2016. El año pasado hubo mil 369 homicidios.

La escalada de violencia de 2018 comenzó en marzo, cuando las diferencia­s entre El Mencho y El Cholo desencaden­aron el primero de muchos multihomic­idios: ocho cadáveres mutilados fueron abandonado­s en una camioneta en la colonia Morelos de Guadalajar­a.

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