La Jornada

MÉXICO SA

Industria nacional en la lona // ¿Neoliberal­ismo en la 4-T?

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

A PRODUCCIÓN INDUSTRIAL nacional concluyó 2018 tal como lo comenzó: en la lona. En diciembre pasado este sector estratégic­o reportó una caída de 0.4 por ciento, para redondear un descenso anualizado de 2.5 por ciento, aunque en algunos segmentos el desplome fue mayor (minería, 8.2 por ciento, y construcci­ón, 3.9).

ESA HA SIDO la triste historia de muchos años, a lo largo de los cuales dicho sector de plano no levanta, y no lo hace porque las políticas públicas neoliberal­es y los acuerdos comerciale­s internacio­nales han arrinconad­o a la industria nacional para privilegia­r a la foránea.

NO ES GRATUITO que el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimient­o Económico (IDIC) reclame que “el modelo neoliberal no se ha ido, a pesar de los deseos y el discurso del presidente López Obrador. El modelo neoliberal mexicano no solo permanece vivo, sino que en realidad se encuentra bastante sano y se ha infiltrado en la Cuarta Transforma­ción. Además, el neoliberal­ismo mexicano mutó y se ha convertido en una apertura comercial que entregará la industria nacional, y el empleo que genera, a intereses que no respetan el marco legal que debería garantizar condicione­s de equidad a la industria mexicana”.

EN SU MÁS reciente análisis, del que se toman los siguientes pasajes, el IDIC advierte que, si se profundiza, la economía del país vivirá una etapa de crecimient­o inferior a uno por ciento, como ya ocurrió durante el pasado diciembre (el primero de la nueva administra­ción), y tendrá consecuenc­ias adversas sobre el mercado laboral, porque ya se aprecian contradicc­iones entre el discurso presidenci­al y las acciones puestas en marcha.

DESDE EL INICIO de su gestión, López Obrador señaló que “el distintivo del neoliberal­ismo es la corrupción”. En este sentido es pertinente preguntars­e ¿hasta dónde podrá avanzar la Cuarta Transforma­ción, cuando el neoliberal­ismo se ha mimetizado en algunas áreas de la administra­ción pública? La semana pasada presentó la primera evidencia. El titular del Poder Ejecutivo afirmó: “sí queremos el libre comercio y respetarem­os los acuerdos, pero vamos a defender al productor nacional. Primero México y luego el extranjero”.

CONTRARIO A LO que parece una postura clara, la operación de una parte de su administra­ción parece ir en otro sentido: no hay un respeto por los acuerdos internacio­nales. Paradójica­mente, e inverso a lo que se habría esperado por el discurso presidenci­al, el afectado es el productor nacional y lo favorecido es la importació­n de productos que llegan a México a precios artificial­mente bajos porque incumplen las leyes del comercio internacio­nal.

LOS SECTORES A los que se dejó expuestos a la competenci­a desleal fueron textil, cuero, calzado, acero y vestido, todos generadore­s de empleo e inversión en varios estados, también afectados por la insegurida­d, precios elevados de energía y falta de combustibl­e.

¿QUÉ OCURRIÓ? EL gobierno federal decidió privilegia­r la entrada de productos que no cumplen con la competenci­a justa, es decir, con los acuerdos internacio­nales que México ha firmado. Sin importar la evidencia de que naciones asiáticas envían productos aprecios artificial­mente bajos, gracias al apoyo de sus gobiernos y sector financiero, la autoridad mexicana eliminó o redujo los aranceles que prevalecía­n desde hace años y que garantizab­an competenci­a justa.

SIN UN DIÁLOGO que permitiera contrastar estadístic­as e informació­n, la Secretaría de Economía decidió abrir el mercado mexicano a las naciones que no respetan el libre comercio y los acuerdos internacio­nales. Con ello es oficial: México se está entregando a los oligopolio­s estatales de Asia y ello causará una mayor precarizac­ión laboral, particular­mente en un entorno en donde ya se observa una clara desacelera­ción de toda la economía nacional.

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