EL CORREO ILUSTRADO
En 1958, año de grandes luchas de maestros y ferrocarrileros, Demetrio Vallejo y Campa fueron recluidos por Adolfo López Mateos en el penal de Lecumberri. En 1976, pese a la represión, Valentín fue candidato sin registro a la Presidencia de la República y en 1979 formó parte del grupo parlamentario que propuso y logró el reconocimiento constitucional de la autonomía universitaria, así como la incorporación de los trabajadores docentes, administrativos y manuales al artículo
123 constitucional con derecho a contrato colectivo y huelga.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su cierre de campaña, rindió homenaje a Campa en tanto actor de “esta gran lucha que viene de lejos”. En el
115 aniversario de su nacimiento solicitamos que el grupo parlamentario de Morena proponga la inscripción de Valentín Campa Salazar en letras de oro en la Cámara de Diputados. resalta el valor fundamental del financiamiento para la educación superior. Desafortunadamente no se escucha de las fuerzas políticas, opiniones propias, tal vez teman confrontar a los empresarios, satisfechos porque no se incrementarán impuestos en tres años. Anotemos de pasada que el gasto público en educación fue de 1 billón y pico de pesos, tan sólo 4.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2018.
Sobre el financiamiento a la educación, conviene elevar al texto constitucional la redacción que ya aparece en el artículo 25 de la Ley General de Educación que previene sobre la obligación del Estado de sufragar a la educación con 8 por ciento del PIB nacional y destinar, de este monto, 1 por ciento a ciencia y tecnología.
El lugar adecuado para este planteamiento sería la fracción VIII del tercero constitucional. Nada nuevo el planteamiento, lo extraño es que no esté al centro del debate nacional.