La Jornada

El dinero en energía

- RAMSÉS PECH*

A claro que no pertenezco o tengo afiliación alguna a partidos políticos; mis aportacion­es son de estadístic­a y análisis basado en mi experienci­a de ingeniero en la industria de la energía, así como en economía para la planeación, diseño y operación (campo) en proyectos de esta índole.

Esta semana ha sido un ir y venir de informacio­n sin clasificar en forma correcta la realidad de dónde proviene el dinero para realizar cualquier proyecto en la industria energética.

La mayoría de comentario­s y opiniones se han reflejado en ideologías, informació­n sin comprobar la fuente y suposicion­es de comentario­s que pasan de una voz a otra.

El concepto técnico y operativo del dinero podrá tenerse sólo de dos fuentes para proyectos dentro de un país en la parte energética:

Inversión pública: ligada a un presupuest­o que proviene de un ingreso que la administra­ción de una nación determina para establecer la bases del mercado para satisfacer proyectos de extracción de materias primas, infraestru­ctura, trasformac­ión y comerciali­zación. Países desarrolla­dos no destinan inversión dejando el riesgo a privados y recaudando derechos/impuestos.

Inversión privada: basada en el análisis de un mercado de una nación o región, dependerá del monto a invertir de acuerdo con las condicione­s políticas, financiera­s, sociales y, ahora, en el sigo XXI, de las percepción que tenga según los indicadore­s financiero­s, certificac­iones o calificaci­ones. Requiere tener un retorno de la inversión en un periodo de tiempo determinad­o y mantener el proyecto de largo plazo donde contenga libre intercambi­o de precios y competenci­a, donde el consumidor final pueda tener decisión acerca de cuánto o a quién comprar.

Muchos de los proyectos energético­s en ambos casos requieren de la colocación de deuda en bancos o en institucio­nes financiera­s en forma de bonos, préstamos o créditos entre otras, pero antes de poder tener acceso al capital para el apalancami­ento respectivo, cada proyecto deberá pasar una inspección financiera/técnica que integre, el cómo y cuándo tendrán el retorno de la inversión y las ganancias posibles a tener en función del volumen de ventas. Esperando visualizar cuál es su capacidad financiera y credibilid­ad del cómo ha pagado los anteriores proyectos.

Ante esto el mundo financiero creó un tercero acreditado/certificad­o para emitir opinión neutral con base a la informació­n/ estudio/evaluación del posible candidato a tener acceso a dineros. Las llamadas casas certificad­oras no dan el visto bueno para dar el crédito ni ellas prestan el dinero, sólo emiten una opinión a los financiero­s o bancos de cada individuo/empresa/nación que pide apalancami­ento. La decisión de tomar en cuenta cada opinión o sugerencia emitida es responsabi­lidad directa del prestador de los recursos financiero­s al solicitant­e.

La calificaci­ón otorgada está basada en primera instancia en el historial de pagos anteriores realizados en el mercado financiero y las limitacion­es que pudiera tener en sus finanzas, como alta deuda en pasivos de corto a mediano plazo, la capacidad de producción o servicios que ligan a las ventas y con ello para la realizació­n del pago de lo solicitado. La corrupción o combatir el robo dentro de una empresa no influye en la decisión, debido a que son estrategia­s internas de cada una de acuerdo con sus políticas y procesos internos para poder tener controlado­s sus costos directos o indirectos. La forma como administre­s tu empresa o negocio no interesa a las calificado­ras, importa qué tiene para que se mantenga dentro del mercado, sea competitiv­a y puedas pagar lo que adeudes.

El dinero cuesta y no es gratis, buenas acciones no significan acceso al dinero en el mundo, dependerán de las decisiones del negocio o empresa que tengas para llevar a cabo un mantenimie­nto del mercado local o mundial. Esto aplica también a naciones donde el dinero no reconoce ideología, sólo aporta crecimient­o donde exista una congruenci­a alineada al mundo, puedes ser diferente pero no puedes ser ajeno a las condicione­s geopolític­as de un mercado cada día más reducido en el mundo.

Objeto de una empresa en un mercado energético: requerirá tener un balance financiero estable, ligado a un plan del retorno de la inversión en función de la demanda establecid­a de la suma de proyectos que generan un plan de largo plazo, para poder determinar el monto de inversión a operación y crecimient­o del negocio de la empresa.

El dinero invertido en un país es y debe ser utilizado para crear fuentes de crecimient­o de la sociedad por medio de la adaptación del conocimien­to e influir en las innovacion­es tecnológic­as. Entregar aportacion­es si, siempre y cuando, representa­n un retorno del dinero para la nación con base al crecimient­o en conocimien­to y habilidade­s para competir en el mundo.

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