AMERICAN CURIOS
Y el fracaso de la guerra
población estadunidense es la más encarcelada del mundo (en 2016, 2.2 millones estaban en la cárcel), y de ellos, casi medio millón por delitos no violentos de droga. Hubo 1.6 millones de arrestos por drogas, la gran mayoría sólo por posesión; 46.9 por ciento de éstos eran afroestadunidenses o latinos, a pesar de que sólo representan 31.5 de la población y de que sus índices de consumo son parecidos a los de los blancos.
ESA GUERRA ES un negocio, como todas. Los que no estaban en el banquillo de los acusados en este juicio son los verdaderos responsables, mucho más que el “padrino de capos” sentado ahí, por la catástrofe humana que ha provocado la guerra contra y por las drogas. Éstos incluyen a los políticos y sus comandantes que han librado y diseñado la “guerra contra las drogas” tanto aquí como en los países que se metieron a este esquema made in USA, generando negocio para los comerciantes de armas, los profesionales de inteligencia, los del negocio de seguridad, de prisiones y los constructores de muros, entre otros contratistas de todo lo que se necesita para hacer una guerra.
EL CASO DE El Chapo se vuelve justificación para todo esto, tanto la retórica como el negocio político y empresarial de la guerra por y contra las drogas. La DEA lo usó para reclutar: inmediatamente después del juicio, circuló por tuit un anuncio: “¿Quieres perseguir a los narcotraficantes más grandes del mundo; capos como El Chapo? ¿Quieres hacer una diferencia como un agente especial de la DEA?” y ofreció una dirección para ver los requisitos
PERO COMO AFIRMÓ el propio Chapo, igual que lo había dicho anteriormente su socio El Mayo Zambada, “el día que yo no exista, no se reducirá de ninguna manera… este negocio continuará”.
LA GUERRA CONTRA las drogas –y los políticos y “expertos” que la impulsaron– son los que deberían rendir cuentas, incluso tal vez ante un tribunal, a los pueblos de Estados Unidos y América Latina (entre otros). Ese sí sería “el juicio del siglo”.