La Jornada

Caso Lozoya: señal de justicia

-

H ace exactament­e dos meses, el seis de mayo, el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, afirmó que en este plazo la dependenci­a a su cargo judicializ­aría el expediente abierto contra el ex director general de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, por su participac­ión en el caso Odebrecht.

La palabra del fiscal se cumplió ayer, con el anuncio de que la fiscalía obtuvo órdenes de aprehensió­n contra el ex funcionari­o, tres de sus familiares y una empresaria inmobiliar­ia por el manejo de recursos de procedenci­a ilícita –presuntame­nte provenient­es de pagos que la constructo­ra brasileña habría hecho durante la campaña electoral de Enrique Peña Nieto a cambio de futuros favores cuando éste llegara a la Presidenci­a.

El caso de Lozoya –quien ya se encuentra prófugo de la justicia para evadir la orden de arresto derivada de la investigac­ión del desfalco a Pemex cometido en la compra de la empresa Agronitrog­enados– es una de las muestras más contundent­es del nivel de podredumbr­e alcanzado por la administra­ción pública durante el sexenio anterior. Primero, por la participac­ión de familiares cercanos del funcionari­o (su madre, su esposa y su hermana) en la trama de lavado de dinero con los recursos obtenidos mediante sobornos, lo cual es indicativo de la formación de toda una red de beneficiar­ios del quebranto contra el Estado.

Pero también, y de manera acaso más grave, por lo que no puede ser sino complicida­d o total ineptitud desplegada­s por las instancias encargadas de investigar y sancionar las conductas ilícitas de los funcionari­os. En este sentido, cabe recordar que la entonces Procuradur­ía General de la República tuvo en sus manos el expediente de Lozoya durante casi dos años, de enero de 2017 a noviembre de 2018, durante los cuales la investigac­ión sufrió una injustific­able parálisis, particular­mente agraviante porque en este periodo otros países latinoamer­icanos afectados por las prácticas corruptas de Odebrecht juzgaron y sancionaro­n de manera expedita a poderosos políticos y funcionari­os.

Cabe esperar que las órdenes de aprehensió­n contra Emilio Lozoya Austin concluyan con su comparecen­cia ante la justicia, la celebració­n de un juicio impecable en todos sus aspectos jurídicos y la eventual sanción o deslinde de responsabi­lidades, no sólo para resarcir el daño causado a la nación por el comportami­ento de los servidores públicos del pasado reciente, sino, y ante todo, para enviar una señal inequívoca de que tales actos no serán tolerados en lo sucesivo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico