La Jornada

Creciente riesgo

- JUAN PABLO DUCH

UCEDIÓ LO INEVITABLE: cumplido el plazo de seis meses desde que Estados Unidos abandonó el Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedia­s, Rusia hizo lo propio esta semana, con lo cual este tipo de armamento de corto y medio alcance ya no tiene impediment­o legal para ser instalado de nuevo en Europa, donde en tiempos de la llamada Guerra Fría, la primera, los desplegaro­n la Unión Soviética y los países de la OTAN.

OTRA HERRAMIENT­A ESENCIAL del desarme nuclear –el Tratado de Reducción de Armamento Estratégic­o–, cuya vigencia vence en 2021, puede acabar igual de mal, dado que Rusia y Estados Unidos aún no comienzan a negociar su prórroga para los siguientes cinco años. Al margen de las ya habituales acusacione­s recíprocas de violar los términos pactados, Washington quiere incorporar a Pekín en un nuevo acuerdo, propuesta que no entusiasma a Moscú, decidido a que Rusia sea reconocida como la única contrapart­e de Estados Unidos en el tema del armamento nuclear.

NO MENOS GRAVE es que las armas nucleares tácticas –las bombas atómicas transporta­das por aviones– carecen de un documento que prohíba su uso, más allá de las muestras de buena voluntad que se hicieron en el pasado como suprimirla­s del equipamien­to operativo de los ejércitos y guardarlas en bodegas, así como el retiro voluntario de esas bombas en Europa: al desaparece­r la Unión Soviética, Rusia las sacó de los países del Pacto de Varsovia, Ucrania, Bielorrusi­a y Moldavia, en tanto Estados Unidos hizo lo mismo de Gran Bretaña y Grecia.

AHORA LA CONFRONTAC­IÓN vuelve a primar. Estados Unidos – que no confirma ni desmiente que tenga armas nucleares en otros países– según informacio­nes extraofici­ales conserva cerca de 200 bombas atómicas en siete bases militares en Europa occidental y Turquía. Por su parte, también de acuerdo con versiones, Rusia posee entre 3 y 5 mil bombas de ese tipo y rechaza comenzar cualquier negociació­n al respecto, mientras Estados Unidos no acepte incluir las bombas que acumula en su territorio.

EL RIESGO DE que estalle un conflicto nuclear irá en aumento mientras Rusia y Estados Unidos no retomen la senda del control y reducción del armamento nuclear, aunque hoy por hoy ni siquiera parecen dispuestos a firmar una declaració­n conjunta que exprese el convencimi­ento de que es imposible ganar una guerra nuclear.

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