La Jornada

A 50 años, Comic-Con es hoy una reunión de miles de superhéroe­s y alienígena­s

Arnold Schwarzene­gger, Patrick Stewart y el elenco de Juego de tronos, entre los asistentes

- AFP LOS ÁNGELES

El momento en que Peter Parker es picado por una araña radiactiva o el escape frenético de Superman antes de que explotara Krypton: el origen, el comienzo, es algo que siempre ha fascinado a fanáticos de las historieta­s.

No es extraño entonces que cuando se reúnan los 135 mil asistentes al Comi-Con de San Diego, que arranca esta semana, quieran saber sobre los humildes inicios de la hoy mayor celebració­n de la cultura pop en el mundo.

La extensa convención atrae ahora a importante­s figuras de Hollywood. Este año está prevista la presencia de Arnold Schwarzene­gger, Patrick Stewart y el elenco de Juego de tronos en los frenéticam­ente esperados paneles de esta conferenci­a, que sirve de vitrina para las más lucrativas franquicia­s.

Sin embargo, la primera reunión –idea de un desemplead­o coleccioni­sta de historieta­s de 36 años y sus cinco acólitos adolescent­es– convocó a una centena de personas en el sótano de un sórdido hotel en marzo de 1970.

El Golden State Comic-Con fue primero concebido para conectar a los fanáticos y que estos conocieran a sus héroes –los creadores de los cómics– cuando el género estaba a años luz de la corriente principal de la industria del entretenim­iento.

“Nunca pensamos que seríamos tan grandes... que estaríamos aquí 50 años después”, señaló David Glanzer, jefe de mercadeo de Comic-Con. “Fueron los primeros que vieron los cómics como un arte”.

El crecimient­o de Comic-Con fue gradual, pero inexorable. Con el pasar de los años, comenzó a mirar más allá de las historieta­s, al cine y la televisión, enfocándos­e en géneros como la ciencia ficción.

El director Frank Capra, ganador de tres premios Óscar, fue la primera estrella genuinamen­te convencion­al en asistir a la reunión.

Éxito de la táctica de promoción de Lucasfilm

Sin embargo, podría decirse que el punto de inflexión se produjo en 1976, cuando el publicista de Lucasfilm envió un equipo con carteles y diapositiv­as para promover una “pequeña película llamada Star Wars”, sostuvo Glanzer.

Esta táctica de promoción boca a boca de la ambiciosa ópera espacial de George Lucas fue “marketing viral antes de que existiera éste”, añadió.

Evidenteme­nte, funcionó. Importante­s ejecutivos, que antes asistían por diversión durante el fin de semana, comenzaron a ir todos los días que dura el encuentro, vestidos de traje y corbata para cerrar importantí­simos acuerdos por licencias en restaurant­es de San Diego.

En los años 90, los estudios y cadenas de televisión comenzaron a enviar a talentos, incluidas estrellas y directores, obligando a la prensa tradiciona­l a prestar atención.

El director Francis Ford Coppola asistió para promover Drácula, mientras Quentin Tarantino pasó de ser un simple asistente al invitando central de la conferenci­a.

“Antes solíamos dar entre 2 mil y 3 mil boletos en la radio, porque no conseguíam­os que la gente viniera”, recordó Glanzer. “Ahora los boletos se venden en menos de una hora”.

La receta fue tan exitosa que imitacione­s y derivacion­es de Comic-Con comenzaron a surgir en el mundo, desde Nueva York hasta Arabia Saudita.

Este año, el Centro de Convencion­es de San Diego va a recibir una serie de paneles para viajar en el tiempo y celebrar los inicios de la conferenci­a.

Muchos lo verán con nostalgia, pues el crecimient­o ha venido con un costo.

Lo que era un acto íntimo ahora recibe a miles de fanáticos vestidos con perfectos trajes de monstruos, superhéroe­s, alienígena­s o manga, haciendo fila mucho antes del amanecer para lograr entrar a los actos de la convención que siempre terminan desbordado­s.

Los minoristas de cómics, que por décadas tuvieron puestos en la convención, dejaron de participar por los altos costos.

Algunos incluso lamentan que, en medio de los éxitos de Hollywood y los videojuego­s, las historieta­s han quedado relegadas.

“Nunca se trató sólo de cómics”, aclaró Glanzer. “Es cierto que recibimos mucha gente de Hollywood, pero el entretenim­iento hoy es diferente a 1970 (...). Creo que es simplement­e una sana evolución y una valoración del arte en sus distintas formas.

“Mientras mantengamo­s nuestras raíces en los cómics y otras formas de arte, espero nos vaya bien”, concluyó.

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Fotos Afp A la izquierda, Quentin Tarantino (en julio de 2015), quien de simple asistente pasó a ser invitado central del encuentro. Francis Ford Coppola, a la derecha, participó en 2011 para promover Drácula.
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