Cadena perpetua a El Chapo Guzmán
Recibe otra sentencia de 30 años por posesión de armas // El capo acusa al juez Cogan por no anular proceso
Joaquín El Chapo Guzmán Loera fue sentenciando ayer por un juez federal en Brooklyn a una condena de cadena perpetua más 30 años y la confiscación de 12 mil 666 millones 191 mil 704 dólares por delitos relacionados con el tráfico de drogas en Estados Unidos.
El juez federal Brian Cogan, del Tribunal Federal del Distrito Este con sede en Brooklyn, Nueva York, afirmó que conforme a los estatutos federales estaba obligado a sentenciar al acusado por un mínimo de cadena perpetua. Al señalar la demostración de una “maldad abrumadora tan severa” en el juicio en torno a los 10 cargos mayores y una “cordillera (montaña) de evidencia” en el caso, el juez Cogan concluyó con una sentencia total de cadena perpetua y 30 años adicionales.
El Chapo, con nuevo bigote y vestido con un traje entre gris y verde olivo, no mostró gran emoción al escuchar la sentencia. Pocos minutos después, como había hecho una y otra vez durante la sesión final de su juicio, volteó a ver a su esposa, Emma Coronel –posiblemente por última vez–, sentada entre el público y con la mano levantada para despedirse. Guzmán se tocó el corazón, le envío un beso e inmediatamente después desapareció detrás de una puerta de salida escoltado por alguaciles.
Poco antes de que el juez Cogan anunciara su sentencia, y por primera vez en los más de tres meses que duró el juicio, El Chapo Guzmán aceptó declarar ante el tribunal. Con voz a veces titubeante, pero clara, decidió atacar la imparcialidad de su juicio y criticar la decisión del juez de no anular el proceso cuando se divulgó que el jurado había violado las reglas del mismo.
“Aquí no hubo justicia”, afirmó al leer su declaración escrita, traducida al inglés por un intérprete. Luego de agradecer el apoyo de su esposa, su madre y otros familiares, lo cual, sostuvo, lo ayudó a “soportar una tortura durante los últimos 30 meses”, detalló que las condiciones de su confinamiento –su aislamiento, la calidad el aire, su privación de la luz solar, la prohibición de poder abrazar a sus hijas y no tener visitas de su esposa– “es lo más inhumano que pasado en mi vida” y “una falta de que se respete mi dignidad humana”.
Suponía, agregó, que gozaría de un “juicio justo” en Estados Unidos, pero “lo que pasó fue lo opuesto”.
Guzmán Loera indicó que al di