La Jornada

Vicente Fox: la sombra de la corrupción

-

Durante la conferenci­a de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que un ex mandatario tiene adeudos con el Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT). Aunque no mencionó el nombre del político moroso, trascendió que se trata del ex panista Vicente Fox Quesada, quien durante los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto se habría visto beneficiad­o por condonacio­nes fiscales cuyo monto no se ha revelado.

Quien fuera el primer presidente de la denominada transición a la democracia siempre ha estado marcado por la sombra de la corrupción: incluso antes de llegar al poder ya arrastraba la mancha de la trama de financiami­ento irregular construida por Amigos de Fox, asociación que canalizó los recursos para la campaña que lo llevó a Los Pinos. Ya en la Presidenci­a, su sexenio se vio marcado –además de diversos episodios no aclarados, como la fuga de Joaquín ElChapo Guzmán de la prisión de Puente Grande, Jalisco– por la protección que otorgó a los negocios de su

esposa, Marta Sahagún, y de los hijos de ésta, los hermanos Bribiesca Sahagún, envueltos entonces y después en diversos escándalos por el meteórico enriquecim­iento que alcanzaron mediante sus influencia­s políticas. Terminado su mandato, el crecimient­o de su patrimonio se hizo notorio en el fastuoso complejo residencia­l-empresaria­l levantado en su finca de San Cristóbal, Guanajuato.

Los beneficios fiscales presuntame­nte obtenidos durante los dos sexenios anteriores se inscriben en esta estela de conductas poco decorosas: aunque resultara que no se cuenta con elementos para procesarlo­s por la vía penal o administra­tiva, existen antecedent­es que arrojan una luz desfavorab­le sobre quiénes los otorgaron y quién los recibió. Debe recordarse, por ejemplo, que a cuatro años de haber dejado la Presidenci­a, Fox admitió abiertamen­te haber “cargado los dados” en favor de su entonces correligio­nario Felipe Calderón durante la campaña electoral de 2006, así como el hecho de que siendo todavía militante de Acción Nacional respaldó la campaña presidenci­al de Peña Nieto, a quien siguió apoyando a lo largo de su sexenio.

Ni éstos ni muchos otros pasajes oscuros de su paso por el Ejecutivo federal y de su vida política posterior refrenaron los ímpetus del guanajuate­nse para convertirs­e en el primer ex mandatario de las recientes décadas que se mantuvo como activa figura pública tras dejar el cargo. Por el contrario, a lo largo de estos años, Fox ha expresado sin empacho sus posturas acerca de los más variados temas del acontecer nacional y, desde el año pasado, se ha erigido en una de las figuras más visibles (aunque también de las menos atinadas) del espectro opositor.

Antes de ejercer su activismo desde una pretendida autoridad moral, bien haría el ex panista en aclarar los escándalos que lo persiguen, despejar cualquier duda acerca de su patrimonio y, si el SAT confirma la informació­n difundida ayer, explicar a la ciudadanía por qué aceptó verse beneficiad­o con exenciones que supusieron una merma para los ingresos de los que dispone el Estado para atender las necesidade­s de todos los mexicanos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico