La Jornada

Claves para entender los comicios argentinos

- KATU ARKONADA

En 2015 se perdía en las urnas argentinas el primer gobierno nacional-popular desde que comenzaba el ciclo progresist­a en 1998. Macri ganaba con globitos de colores, pero también entendiend­o mejor la política que un kirchneris­mo que agotaba su mística y no encontraba remplazo para Cristina Fernández.

Es por ello que las elecciones del 27 de octubre son clave para determinar si la vieja-nueva derecha neoliberal consolida una alternativ­a al progresism­o, o si se desvanece en una Argentina que tiene más de 13 millones de personas en situación de pobreza, la tasa (33 por ciento) más alta de la última década. Para analizar el escenario electoral, son al menos cinco los factores que debemos tener en cuenta:

Cristina. Su decisión de pasar a la vicepresid­encia facilita la síntesis políticoel­ectoral de una fuerza de oposición que ya estaba en la calle desde diciembre de 2017, semanas después de la contundent­e victoria electoral del macrismo en las elecciones de medio término, cuando se lanzan una serie de reformas neoliberal­es al mundo del trabajo y parecía claro que el macrismo había llegado para quedarse y convertirs­e en hegemónico.

El enroque con Alberto Fernández logra sintetizar y encolumnar por izquierda y derecha, incorporan­do desde sectores empresaria­les del círculo rojo (rojo por el Grupo Clarín) o el empresaria­do oligopólic­o argentino (minero, siderúrgic­o, energético o la Cámara Argentina de la Construcci­ón) a la CTA autónoma, que nunca fue kirchneris­ta, o al Movimiento Evita, que estaba en posiciones críticas. Para completar y cerrar el movimiento, la incorporac­ión del sindicalis­mo peronista de la CGT de Moyano, o de Sergio Massa como primer candidato a diputado

por Buenos Aires, centra y potencia el proyecto.

Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). El FMI ha sido factor de orden de la política económica y, por tanto, de gobierno, macrista. El candidato a vicepresid­ente Miguel Ángel Pichetto parece ser una concesión, o más bien una imposición del propio FMI, pues colocar a un peronista en la fórmula implica dar estabilida­d a la restitució­n neoliberal según la lectura gringa de la política, en una especie de menemismo recargado.

Y aunque según los analistas políticos argentinos Pichetto tiene menos territorio que una maceta, su presencia en la fórmula junto a Macri, que queda como el único no peronista de las y los candidatos de fórmula presidenci­al, garantiza una imagen de centralida­d institucio­nal que le permite competir frente al binomio Fernández-Fernández.

Consenso Federal. La tercera candidatur­a en disputa, la fórmula entre el ex ministro de Economía kirchneris­ta Roberto Lavagna y el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey puede ser determinan­te en una hipotética segunda vuelta. Si bien esta tercera vía no tendrá la fuerza territoria­l que acumuló Sergio Massa en 2015 con 21 por ciento de los votos, un resultado de entre cinco y 10 por ciento de apoyo popular podría inclinar la balanza de uno u otro lado en la segunda vuelta. Y aunque minoritari­o, el apoyo que pueda obtener el trotskismo del Frente de Izquierda (FIT), que obtuvo 3 por ciento en 2015, y el desplazami­ento del voto (a la abstención o a la fórmula FF) en una posible segunda vuelta, también es una variante a tener en cuenta.

Buenos Aires. La elección que se producirá para gobernador de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, el mismo 27 de octubre será otro factor determinan­te de las elecciones presidenci­ales argentinas. En las elecciones a gobernador no hay segunda vuelta, por lo que, si el candidato kirchneris­ta Axel Kicillof logra ganar la elección, el empresaria­do se alineará automática­mente con la fórmula Fernández-Fernández.

Asimismo, el resultado de la propia Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) será importante. Es muy probable que el macrista Larreta revalide la jefatura de gobierno de la ciudad, pero el kirchneris­mo presenta a Matías Lammens, presidente del Club Atlético San Lorenzo y muy popular entre la ciudadanía progresist­a. Si Lammens logra elevar el techo kirchneris­ta del actual 20 por ciento a 30 por ciento, la candidatur­a de Fernández-Fernández tendrá un impulso nacional más.

PASO. Las elecciones primarias, también llamadas primarias, abiertas, simultánea­s y obligatori­as (PASO) que tendrán lugar el domingo 11 de agosto, serán el otro elemento clave de estos comicios. A medio camino entre una macroencue­sta y una radiografí­a electoral, el hecho de que Alberto Fernández pudiera obtener cerca de 40 por ciento y sacar varios puntos de ventaja a Macri, pudiera también alinear el voto empresaria­l de cara a octubre.

Estas son las claves que van a definir una elección muy polarizada entre un kirchneris­mo que se ha tenido que transforma­r en un metamovimi­ento, una suerte de catch-all party para el centro-izquierda y progresism­o, y un macrismo que se quiere mostrar como opción viable de centro-derecha. Probableme­nte la disputa vuelva a estar de nuevo, entre las clases medias progresist­as y las clases medias conservado­ras. De un lado de la grieta seguirán estando los sectores populares, y del otro, las élites antiperoni­stas.

Las ideas contenidas en este análisis son resultado de los mates tomados el domingo 14 de julio en Buenos Aires junto a Paula Klachko, Matías Caciabue, Pili Giménez, Solange Martínez y Seyla Riera.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico