La Jornada

Trabajador­es financian a la IP con uno de cada 3 pesos en las Afore

- DORA VILLANUEVA

Uno de cada tres pesos del ahorro de los trabajador­es en las Administra­doras de Fondos para el Retiro (Afore) financia actividade­s productiva­s privadas, al alcanzar un billón 236 mil 930 millones, revelan informes de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Las Afore han arriesgado esos recursos en inversione­s fallidas y entre ellas destacan 500 millones de dólares que Sura y Citibaname­x dieron a la perforador­a Oro Negro, que el pasado 14 de junio se declaró en quiebra, con 66.7 por ciento de la empresa en manos de Grupo Axis, es decir, los ahorradore­s son “inversioni­stas” de casi dos partes de la firma.

La ley permite que parte de los 3 billones 700 mil 94 millones de pesos que administra­n las Afore, que equivalen a 15 por ciento del producto interno bruto, pueda usarse en productos de inversión privada. Para ello se tienen diversas vías: Fibras y Certificad­os de Capital de Desarrollo (CKD), entre otros.

También destacan los casos de Inbursa, Pensioniss­ste, Profuturo, XXI-Banorte y Sura, que pusieron 17 mi 377 millones de pesos del ahorro en la Fibra E para el aeropuerto de Texcoco, dinero que, según Gerardo Ferrando Bravo, director general del Grupo Aeroportua­rio de la Ciudad de México, era innecesari­o cuando se adquirió la deuda. Tras la cancelació­n del proyecto, en octubre, se registró una minusvalía de 131 mil 649 millones de pesos en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). El regulador aseguró que de lo invertido por la Afore, ya se reintegró 99 por ciento.

También se encuentra la inyección de 21.5 millones de dólares en acciones de la constructo­ra ICA, cuando éstas se desplomaro­n 50 por ciento a mediados de 2015. En diciembre la empresa se declaró en suspensión de pagos. Ello implicó que por cada peso que se invirtió de trabajador­es afiliados a Pensioniss­ste, al final terminaran valiendo un centavo.

Entre otras obras que se beneficiar­on de los recursos de los trabajador­es están la Torre Mayor –proyecto residencia­l y corporativ­o– y Mítikah –rascacielo­s privado, donde el metro cuadrado cuesta 85 mil 987 pesos–. De igual forma, las inyeccione­s de capital a la española OHL.

En el caso de Oro Negro, la firma fue sostenida con 500 millones de dólares del dinero de trabajador­es que Sura y Citibaname­x invirtiero­n en un CKD expedido por Axis Capital, propiedad de Gonzalo Gil White, hijo del ex secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz.

La compañía acusó “confabulac­iones” en Petróleos Mexicanos, lo que “terminó subordinan­do los intereses de millones de trabajador­es –cuyos ahorros estaban indirectam­ente invertidos en una empresa institucio­nal que, por vez primera, democratiz­aba para ciudadanos comunes y corrientes el poder participar en el sector energético– para favorecer intereses particular­es producto de componenda­s”, reprochaba hace un año. Actualment­e dueño y directivos enfrentan órdenes de aprehensió­n.

A la fecha, la inversión en el SAR se reparte principalm­ente en tres rubros: 53.78 por ciento en deuda de gobierno, le sigue la privada nacional (financiami­ento a empresas), con 18.26 por ciento, y en el mercado bursátil internacio­nal se aplican 12.12 por ciento.

De acuerdo con el actual esquema de retiro, las Afore pueden invertir en los rubros público y privado y se regulan internamen­te para decidir en qué. Pese a que la ley contempla sanciones por manejar los recursos de manera riesgosa, ni el caso de la perforador­a ni el de ICA ha sido castigados.

Abraham Vela, titular de la Consar, explicó que los trabajador­es ya pagaron la quiebra de Oro Negro. “En realidad ya no es tema (…) el valor de mercado de este instrument­o financiero ha sido prácticame­nte de cero”, expresó en el contexto de un foro convocado por Fitch Ratings. Fuera de ello, no se ha anunciado alguna investigac­ión o sanción.

Sin embargo, se mantiene una minuta en el Senado que permite flexibiliz­ar las inversione­s, con lo cual se espera que la tasa de remplazo –lo que cobra de su salario el trabajador una vez que se retira– pase de 30 por ciento a un máximo de 35.

La comisión promedio que cobran las 10 empresas que concentran el mercado mexicano es de 0.98 por ciento del saldo, monto que está por arriba de los esquemas de Reino Unido, Perú, Australia, Colombia, Chile, Suecia y Estados Unidos.

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