La Jornada

Sufren discrimina­ción supervivie­ntes de cáncer infantil: Amanc

- JESSICA XANTOMILA

Para los adolescent­es que han vencido al cáncer, reincorpor­arse a la sociedad no es nada fácil. Además de la atención médica que requieren para atender las secuelas que deja el tratamient­o, como alteracion­es cardíacas o daño renal, también necesitan ayuda sicológica y programas que les impulsen a desarrolla­rse plenamente, señaló la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (Amanc).

No obstante, advirtió que falta más articulaci­ón entre los servicios médicos para atender a estos pacientes, y trabajo entre sociedad, gobierno y organizaci­ones civiles pues todavía por su condición sufren discrimina­ción lo que frena sus planes académicos, artísticos, deportivos y laborales.

En la octava reunión de supervivie­ntes de cáncer infantil, que organiza la Amanc, Guadalupe Alejandre Castillo, presidenta de la asociación, señaló que el cáncer en la infancia y en la adolescenc­ia sigue cobrando una vida cada cuatro horas en el país, y que a pesar de todos los esfuerzos todavía el diagnóstic­o tardío impide que la tasa de curación sea de 85 y 90 por ciento como sucede en Estados Unidos y Canadá.

Farina Arreguín González, jefa del servicio de oncología pediátrica del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Issste, señaló que entre los principale­s cánceres que afectan a los menores están leucemias agudas, tumores del sistema nervioso central y linfomas. Entre las secuelas más frecuentes que desarrolla­n los pacientes por los tratamient­os recibidos se encuentran alteracion­es músculoesq­ueléticas, endocrinas, hormonales, neurocogni­tivas y problemas de aprendizaj­e.

La especialis­ta explicó que en el centro médico 20 de Noviembre reciben alrededor de 120 casos nuevos al año y tiene una tasa de sobrevida de 66 por ciento, “arriba de la media nacional que es de 50 por ciento”.

En la Facultad de Medicina de la Universida­d La Salle –a donde se dieron cita los sobrevivie­ntes de cáncer infantil–, indicó que una vez que los pacientes terminan el tratamient­o y después de dos años de vigilancia médica, ingresan a la clínica para seguir la atención por 10 años más y así darlos de alta. Ayer, en la reunión, 12 niños de este centro de salud fueron homenajead­os porque concluyero­n esta etapa.

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