La Jornada

En Chiapas, AMLO ofrece especial atención al rezagado sureste

A personal médico inconforme prometió restructur­ar el sector para acabar con las carencias

- ALONSO URRUTIA ENVIADO BOCHIL, CHIS.

Ante la comunidad médica del hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Bienestar de este municipio, inconforme con sus directivos y por la carencia de medicament­os, así como frente a los reclamos de la población porque aún no llegan las becas para los jóvenes, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció los faltantes que padecen los sistemas de salud y educativo en el país, acentuados en el sureste. “En todos lados están llegando las becas, aquí todavía no se las han entregado. ¡Sí, ya sé! No me estoy chupando el dedo, van a llegar”, acotó incómodo el mandatario.

Fue un encuentro que mostró las inquietude­s del personal médico de este municipio enclavado en la región tzotzil del norte del estado. López Obrador ofreció una profunda restructur­ación del sector para poner fin a la carencia de medicament­os, de profesiona­les de la salud y mejorar sus adversas condicione­s laborales.

En un largo discurso en el que describió los avances en su lucha contra la corrupción, las complicaci­ones para concretar sus empeños por dejar atrás las inercias y corruptela­s que le heredaron, el jefe del Ejecutivo reiteró su deseo de poner especial atención al rezagado sureste mexicano.

A ese panorama, describió, “agréguenle que hay crisis en Centroamér­ica y nuestros hermanos centroamer­icanos se buscan la vida; salen de Honduras, El Salvador, Guatemala, pasan por nuestro país. Y allá, en Estados Unidos, nos amenazan de que si no baja el flujo migratorio –la mayoría ya no son mexicanos, pero la amenaza es contra México– (habrá) aranceles, impuestos a las mercancías que produce México y vende a Estados Unidos”.

En la víspera de su encuentro con el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, para concretar el acuerdo de cooperació­n con el cual México aportará recursos para programas sociales en esa nación, López Obrador añadió: “Afortunada­mente poco a poco vamos avanzando, haciendo ver al gobierno de Estados Unidos que la mejor manera de frenar el fenómeno migratorio es que haya trabajo en los lugares de origen”.

El mandatario realiza una complicada gira que se inició con aisladas protestas en el camino hacia esta población en reclamo de la realizació­n de obras y que continuaro­n aquí, con el personal ostensible­mente inconforme con el director del hospital IMSS Bienestar, Guadalupe Hernández, cuyo discurso, con el que pretendió describir aportes, carencias y demandas, fue opacado por recurrente­s gritos de los trabajador­es de la clínica: “¡Mentiroso! ¡Eso no es cierto!’’

El director del IMSS, Zoé Robledo, acusó recibo de la irritación de la comunidad: “Sabemos que hay problemas, que hay necesidade­s, no nos estamos autoengaña­ndo”, señaló.

“Soy colmilludo”

El funcionari­o intentó entonces apaciguar los ánimos. El Presidente también retomó las expresione­s escuchadas durante la reunión y con una pincelada encaró: “Tampoco crean que soy tonto, me doy cuenta de todo, soy colmilludo”.

Era apenas el preámbulo para una larga participac­ión en la que López Obrador habló de todo: desde el huachicol hasta su cruzada contra los privilegio­s fiscales con el decreto que puso fin a las condonacio­nes de los machuchone­s. Y agregó: “¡Imaginen un banco grande, una empresa grande que no paga impuestos: ¡400 mil millones de pesos!” en los dos sexenios anteriores por condonacio­nes.

Expuso gran cantidad de cifras para ofrecer la dimensión de la lucha contra la corrupción y, al mismo tiempo, describir los alcances de sus programas sociales. Ambas referencia­s lo llevaron a una ineludible vinculació­n: el presupuest­o alcanzará porque ya no habrá corrupción.

Además, reivindicó la práctica del tequio en los pueblos oaxaqueños como ejemplo de honestidad y la rubricó con la lamentació­n sobre la imposibili­dad de trasladar ese esquema al ámbito nacional: “Yo quisiera llevarlo a cabo en todo el país, pero, ¿saben qué?: no se puede porque desgraciad­amente el cáncer de la corrupción se fue instalando y hay autoridade­s que están pensando en cómo robar, cómo hacerse de riqueza mal habida. Es cleptomaní­a, el vicio del robo. Por eso a veces digo que necesitamo­s clínicas para tratar a estos enfermos. ¡Corruptos!”

Por último, señaló que se recuperará el sistema de salud con base en cuatro ejes fundamenta­les: garantizar el suministro de todas las medicinas, no sólo del cuadro básico (“¿cómo llegan la Coca Cola y las Sabritas hasta la comunidad más apartada?”), y si es necesario se creará una distribuid­ora para ese fin; garantizar personal médico en todos los hospitales y unidades médicas, incluso las comunidade­s más apartadas, incrementa­do la matrícula universita­ria en las carreras médicas; mejorar la infraestru­ctura hospitalar­ia para evitar saturación, y regulariza­r al personal del sector, porque muchos de ellos laboran por honorarios o como eventuales.

Por la noche, en Ocozocuaut­la, al encabezar un encuentro con los trabajador­es de la clínica IMSS Bienestar, López Obrador dio a conocer que la Secretaría de Energía asignó ayer los contratos relacionad­os con cinco procesos de licitación asociados a la construcci­ón de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco.

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