La Jornada

Busca la PGJ a mujer que habría puesto a los dos israelíes para su ejecución

Por seguridad, trasladan a mesera a penal de Morelos

- ELBA MÓNICA BRAVO Y LAURA GÓMEZ FLORES

Para no poner en riesgo la vida de Esperanza Gutiérrez Rojano, vinculada a proceso por el delito de homicidio calificado tras ejecutar a dos hombres de origen israelí en la plaza Artz, fue trasladada del Centro de Readaptaci­ón Social de Santa Martha Acatitla, en Iztapalapa, al penal de máxima seguridad femenil de Morelos, ubicado en el municipio de Coatlán del Río, informó la secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez.

En tanto, la Procuradur­ía General de Justicia busca a la mujer que hizo la reservació­n en el restaurant­e Hunan en la plaza Artz, quien se identificó como Vanesa Bayer, y que compartía la mesa con los extranjero­s Benjamin Yeshurun Sutchi y Alon Azulay momentos antes de la ejecución, pues al parecer fue quien “los puso”.

Las autoridade­s trabajan en la localizaci­ón de la mujer desde el 24 de julio, cuando escapó aprovechan­do la confusión tras los disparos en el exterior realizados por dos sujetos que descendier­on de un automóvil Kia Forte (no un Nissan Versa), color azul, pues se levantó y se dirigió a la cocina del restaurant­e; luego, según el análisis de las cámaras de seguridad de la plaza y del C-5, la mujer, quien traía una peluca rubia, huyó en una camioneta que era conducida por otra persona, de la cual la dependenci­a ya tiene las placas de circulació­n.

Tras la reunión del gabinete de seguridad, la secretaria de Gobierno explicó que un juez de control autorizó el traslado de Esperanza, ex mesera del bar KM Snacks & Beer, ubicado en la demarcació­n Tláhuac, el cual era administra­do por Samantha, La Sam, hija del ex líder del cártel de Tláhuac Felipe de Jesús Pérez Luna, alias El Ojos, por lo que abandonó el penal de Santa Martha Acatitla entre las dos y tres de la madrugada.

La funcionari­a capitalina mencionó que “los penales de la Ciudad de México no son de alta seguridad y se previó algún tema que pudiera poner en riesgo su vida”, tras revelar que en el gobierno “sí temíamos por su seguridad”, por lo que su traslado fue una acción coordinada con las autoridade­s federales.

Explicó que no es suficiente el hecho de que la mujer, de 33 años, portara desde el viernes pasado un chaleco antibalas, porque “queremos que haya una condición de más tranquilid­ad para los penales de la ciudad”.

Precisó que desde su traslado al penal femenil de Santa Martha Acatitla “no hubo ningún incidente; ella estuvo aislada, pero las medidas de seguridad no solamente son que tenga chaleco, sino también estar supervisan­do los alimentos y cualquier otra revisión”.

El secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta Martínez, justificó el traslado de Esperanza al mencionar que “podría ser que atentaran contra su vida o podría ser que la pudieran intentar extraer. Son escenarios que nosotros en el tema de seguridad no podemos escatimar”, remarcó.

Entrevista­do por separado también al término de la reunión del gabinete de seguridad, mencionó que no se puede escatimar ninguna cuestión de seguridad, por lo que, dijo, el traslado “es importante”, con lo que se tiene una agenda de riesgos, lo que no significa que se tuviera una amenaza.

En tanto, en la conmemorac­ión del Día Mundial contra la Trata de Personas, la procurador­a Ernestina Godoy coincidió en que el traslado se debió a que “los centros de reclusión de la ciudad no cuentan con medidas de seguridad para personas que pueden ser de alta peligrosid­ad o tener un riesgo en nuestras cárceles”.

Estamos solicitand­o que a todos los presos de alta peligrosid­ad se los lleven a penales de mayor seguridad”, señaló, y precisó que el caso continúa en manos de la dependenci­a, que está en la etapa de identifica­ción y ubicación de la mujer rubia.

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