La Jornada

Presenta Unicef un modelo de cuidados alternativ­os para los menores en situación de movilidad

- ANA LANGNER

Frente a un aumento de 132 por ciento en la cantidad de menores migrantes presentado­s ante la autoridad durante el primer semestre del año, el gobierno federal y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) dio a conocer un modelo de cuidados alternativ­os para niñas, niños y adolescent­es migrantes, solicitant­es de asilo y refugiados, el cual aún no tiene fecha ni plazos definidos para su puesta en marcha.

En conferenci­a conjunta, María del Rocío García Pérez, titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), explicó que esta guía se basa en un modelo italiano y está compuesto por cuatro etapas.

Indicó que la magnitud del fenómeno obligó a reforzar el trabajo. Detalló que de octubre de 2018 a febrero de 2019 fueron detectados más de 14 mil niñas, niños y adolescent­es, de los cuales casi 4 mil viajaban sin compañía.

Por su parte, la subsecreta­ria para Asuntos Multilater­ales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, detalló que durante el primer semestre de 2019 se han presentado ante la autoridad migratoria a más de 33 mil niñas, niños y adolescent­es, de los cuales 74.3 por ciento estaban acompañado­s y 25 por ciento no lo estaban. Esto representa un incremento de 132 por ciento con relación al año anterior.

Dora Giusti, jefa del Programa de Protección del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), alertó que la evidencia muestra que la detención, además de ser una violación de derecho, tiene consecuenc­ias muy graves en el desarrollo sico-físico de un niño.

“Tenemos amplia evidencia de que los niños que llegan ya con un trayecto muy complejo, habiendo vivido violencia, vienen traumados, llegan con fragilidad sicoemocio­nal y la detención agudiza las consecuenc­ias a mediano y largo plazos”, expresó.

La primera etapa de este modelo consiste en la identifica­ción por parte del Instituto Nacional de Migración o el Sistema Nacional DIF del niño migrante en situación de vulnerabil­idad, para canalizarl­o a un centro de asistencia social.

La segunda etapa, de primera acogida, comienza una vez que el menor ingresa al centro de corta estancia. En este periodo, la Procuradur­ía de Protección de la Niñez, federal o estatal, elabora un plan de restitució­n de derechos, mientras que el sistema DIF, nacional o local, y el centro de asistencia hacen un esbozo de un plan de vida individual­izado.

La tercera etapa, de segunda acogida, proporcion­a cuidados alternativ­os temporales a quienes permanecer­án más tiempo en el país.

La cuarta etapa es el egreso, es decir, la reintegrac­ión familiar o el acompañami­ento hacia una vida independie­nte.

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