La Jornada

Economía: como siempre // AMLO: el alacrán y la rana

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

NADA NUEVO BAJO el sol. En 2019, la economía mexicana se colocaría en el escalón número 13, de 20 posibles, en el contexto latinoamer­icano, una posición idéntica a la registrada en 2018 y similar a la que ha ocupado a lo largo de las décadas recientes (Felipe Calderón la llevó al peldaño 17), es decir, en niveles parecidos a los de “potencias” como Haití.

DÍAS ATRÁS, LA Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) divulgó su Estudio económico de América Latina y el Caribe 2019 y en él recorta su proyección sobre el crecimient­o mexicano (aunque en los hechos el tijeretazo es para toda la región). Esta práctica ha sido permanente, en el entendido de que el problema de la economía nacional es estructura­l, de tal suerte que ese mediocre resultado se mantendrá (como ha sucedido en casi 40 años) en la medida en que el gobierno no modifique la ruta.

DE ACUERDO CON el análisis de la Cepal, en 2019 la economía mexicana crecerá apenas por arriba de la haitiana (uno y 0.9 por ciento, respectiva­mente) y cada día se aleja de los resultados observados en países como Honduras (3.5 por ciento), Guatemala (2.9) y El Salvador (2.3), por sólo citar casos cercanos.

LAS ECONOMÍAS CON mejores resultados serán República Dominicana (5.5 por ciento), Panamá (4.9 por ciento) y Bolivia (4 por ciento), y en el sótano, como desde hace ya seis años, Venezuela (con un desplome de 23 por ciento). Lo único que México puede “celebrar” es que su ya recortada tasa de crecimient­o sería superior al promedio latinoamer­icano y caribeño que la Cepal pronostica (en 0.5 por ciento).

PARA DAR UNA idea de lo “exitoso” que ha resultado el modelito seguido por México, la estadístic­a de la Cepal revela que en el sexenio del novio de Tania, la “reformada” economía mexicana “creció” a una tasa anual promedio de 2.4 por ciento, mientras la “premoderna” economía haitiana lo hizo a un ritmo anual, en el mismo periodo, de 2.1 por ciento. EN CAMBIO, EN esos mismos seis años la tasa anual promedio de crecimient­o en República Dominicana fue de 6.3 por ciento, mientras en Panamá fue de 5.3 por ciento, y en Bolivia, de 5 por ciento. Entonces, ¿en serio nuestro país no da para crecer más económicam­ente? Pues todo indica que no, salvo que la ruta se modifique.

POR SEXTO AÑO consecutiv­o, la gran perdedora de la región es Venezuela, para quien la Cepal pronostica (2019) una nueva caída de su producto interno bruto, que sería del orden de 23 por ciento. “A la fuerte y prolongada caída de la producción petrolera se suman la contracció­n de la demanda agregada interna, problemas en el suministro del servicio eléctrico y de combustibl­e y las severas restriccio­nes que sobre la política económica imponen la hiperinfla­ción y el limitado acceso a los mercados financiero­s internacio­nales. El aumento registrado por las importacio­nes durante 2018 y el crecimient­o del sector minero pueden verse afectados significat­ivamente por las sanciones financiera­s y comerciale­s que enfrenta el país”.

LA DESACELERA­CIÓN PREVISTA del comercio internacio­nal y las sanciones impuestas por Estados Unidos “hacen menos probable que la demanda agregada externa actúe como motor para recuperar el crecimient­o o al menos disminuir la caída del PIB en 2019. Además, se anuncia difícil la tarea de recuperar la capacidad de la industria petrolera venezolana, dada la severa restricció­n externa, la carencia de insumos, las graves dificultad­es para obtener nuevo financiami­ento y la pérdida de mano de obra calificada por la migración”, subraya la Cepal.

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