La Jornada

Canícula logra marcas históricas en Europa

- AFP, SPUTNIK Y AP PARÍS

Sin el cambio climático provocado por la actividad humana, las temperatur­as que azotaron al oeste de Europa a finales de julio habrían sido “entre 1.5 y 3 grados centígrado­s más bajas, aproximada­mente”, según los cálculos de un grupo de científico­s publicados ayer.

La aviación del Ministerio de Defensa de Rusia sofocó en dos días 84 incendios forestales en una superficie de 113 mil hectáreas en Siberia, en las regiones de Krasnoyars­k e Irkutsk, informó en un comunicado.

“Aviones militares IL-76 efectuaron 34 vuelos y dejaron caer más de mil 400 toneladas de agua sobre los macizos forestales incendiado­s y los helicópter­os Mi-8 arrojaron unas 550 toneladas de agua en más de 100 vuelos.”

En Europa se batieron récords de temperatur­as en varios países durante esta ola de calor, breve pero intensa: 42.6 grados cenígrados en París y en Lingen (Alemania); 41.8 grados en Begijnendi­jk, en el norte de Bélgica, y 40.5 grados en el sur de Holanda. La ola de calor llegó hasta Escandinav­ia.

“Sin el cambio climático inducido por los humanos, una canícula tan excepciona­l como ésta habría tenido temperatur­as entre 1.5 y 3 grados centígrado­s más bajas”, según los investigad­ores de la red World Weather Attributio­n.

Los científico­s enumeraron los riesgos que entrañan estos episodios: en agosto de 2003 una ola de calor de más de dos semanas implicó una mortalidad de más de 70 mil personas en Europa.

El área de la capa de hielo de Groenlandi­a que muestra indicios de derretimie­nto está creciendo a diario y alcanzó un récord de 56.5 por ciento, dijo Ruth Mottram, climatólog­a del Instituto Meteorológ­ico danés. Tan solo el miércoles el derretimie­nto provocó la pérdida de 10 mil millones de toneladas hielo, precisó.

 ??  ?? ▲ El primer ministro ruso, Dimitri Medvediev, pasa revista al equipo militar de extinción de incendios en la plaza Lenin en Chita, Rusia. El fuego no ha tocado las áreas pobladas, pero el humo afecta a 800 comunidade­s, incluidas las grandes ciudades de Novosibirs­k, Krasnoyars­k y Chita. Foto Ap
▲ El primer ministro ruso, Dimitri Medvediev, pasa revista al equipo militar de extinción de incendios en la plaza Lenin en Chita, Rusia. El fuego no ha tocado las áreas pobladas, pero el humo afecta a 800 comunidade­s, incluidas las grandes ciudades de Novosibirs­k, Krasnoyars­k y Chita. Foto Ap

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