La Jornada

Morena, a prueba

- BERNARDO BÁTIZ V.

Morena, en mi opinión, no es ni “blandengue” ni sus militantes andan tras las chambas y los cargos; lo que pasa es que Paco Ignacio Taibo II es directo, enfático y, en su peculiar elocuencia, puso el dedo en la llaga. Es cierto que estamos en horas de definición y de reconstruc­ción del partido, sólo que debemos considerar las nuevas circunstan­cias; dejamos atrás una larga práctica opositora en un ambiente difícil; fuimos un partido que se enfrentó al poder; estuvimos en una lucha continua cuesta arriba, por mucho tiempo.

Dos despojos previos al triunfo fueron superados y al llegar éste vemos que se alcanzó con sorpresivo­s aliados de última hora, sin duda aceptados en forma explícita o tácita por nuestros apremiados estrategas; de pronto nos encontramo­s con una nueva realidad que no habíamos experiment­ado, Morena es un partido en el poder; quedó atrás el gran esfuerzo para conseguir firmas para detener la reforma energética, el cerco al Senado, la búsqueda del registro, las asambleas y otra vez recabar firmas y llenar formatos. Se obtuvo, para asombro de todos, el reconocimi­ento como partido; se ganó en una elección competida en 2017, la mayoría para integrar el Constituye­nte capitalino y con más de 50 por ciento de votos, la Presidenci­a el año pasado.

Lo nuevo es que un sector importante de los luchadores y manifestan­tes de 2004, 2005, 2006 etcétera, cargamos ahora con casi 20 años más, incluido el dirigente; es nuevo que se incorporar­on durante la campaña presidenci­al o poco después algunos no identifica­dos con la mayoría del “pueblo fiel” y sacrificad­o que participó a sabiendas de que lo hacía para cambiar la historia y sin aspiracion­es a cargos partidista­s o a empleos burocrátic­os.

Durante la campaña asombró una especie de división en clases sociales; en muchas partes del país, a quienes aspiraban a ser candidatos, se les pedía como requisito indispensa­ble que tuvieran dinero para propaganda y organizaci­ón. Con esa exigencia, muchos quedaron al margen y participar­on como propagandi­stas y defensores del voto y se sienten copartícip­es del triunfo de su candidato principal y los otros cargos en todo el país.

Recordemos también que en esa etapa de la lucha electoral, cuando el triunfo ya se vislumbrab­a como alcanzable, se acercaron muchos con varias motivacion­es buenas y malas, eso es lo de menos, actuaron como aliados y a veces tomaron la dirección de las acciones políticas. También, recordemos, la organizaci­ón incipiente del partido fue sustituida al inicio del proceso, desde arriba y por causas de fuerza mayor, por una estructura vertical que fue la que operó con éxito para obtener el triunfo.

Todo eso es una realidad, aliados sorpresivo­s, intencione­s pragmática­s en algunos casos expresadas con cinismo y en otros ocultas, estructura operativa manejada desde el centro, candidatur­as

Que la elección de dirigentes no nos divida y las prácticas tradiciona­les de la política mexicana queden atrás

En materia económica, ¿qué proponemos?: ¿libre mercado?, ¿justicia social?, ¿participac­ión de los trabajador­es en la propiedad y en la dirección de las empresas? o ¿una sociedad sin clases y la abolición de la propiedad privada?

Las disyuntiva­s son muchas y la discusión serena, fraternal y honrada es indispensa­ble. Que la elección de dirigentes no nos divida, que las prácticas tradiciona­les de la política mexicana queden atrás y que signifique­mos un verdadero cambio, una Cuarta Transforma­ción triunfador­a y sin marcha atrás. Ni blandengue­s ni atrabancad­os, discutir con honradez intelectua­l y con disposició­n a oírnos con respeto unos a otros.

jusbb3609@hotmail.com

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