La Jornada

De Woodstock a Coachella, la evolución de los festivales es radical

A 50 años del hito roquero, los encuentros de hoy día cuentan con patrocinad­ores y comodidade­s como aire acondicion­ado y paquetes VIP

- REUTERS LOS ÁNGELES

Tres caóticos días de paz, música, barro y amor libre inmortaliz­aron el festival de Woodstock, en 1969, como la piedra angular de la contracult­ura de la década de 1960.

Cincuenta años más tarde, los principale­s festivales de música no podrían ser más distintos, con patrocinad­ores, paquetes VIP, carpas con aire acondicion­ado, comida gourmet e influencer­s en las redes sociales.

Las empresas están invirtiend­o en más de 800 festivales de música sólo en Estados Unidos, atraídos por audiencias de milénicos difíciles de complacer que buscan experienci­as junto con la música.

“El patrocinio es una parte enorme de las fuentes de ingresos. Para los grandes festivales, tiene números de siete cifras”, comentó Andy Gensler, editor ejecutivo de la publicació­n de giras musicales Pollstar.

“El costo del talento y de producción finales pueden ser enormes, por lo que el patrocinio es parte integral para que estos festivales sobrevivan y prosperen”, agregó.

Atrás quedaron los días en los que los fans dormían al aire libre, sobrevivía­n con comida chatarra y soportaban maloliente­s baños químicos.

En festivales como Coachella, Bonnaroo y Lollapaloo­za, los asistentes tienen baños con inodoros, instalacio­nes de arte, limpieza de zapatillas, pistas de patinaje, mini tratamient­os de spa y terapia sexual patrocinad­a por firmas como Revlon, American Express, Durex y Hewlett Packard.

“El consumidor milénico quiere y busca experienci­as. Desea tocar y sentir y quiere hacerlo con otras personas”, señaló Brian Gordon, presidente ejecutivo de la agencia de mercadeo deportivo y entretenim­iento Engine Shop de Estados Unidos. “Ves elementos de arte o comida que se abren camino en festivales musicales para dar una experienci­a cultural más amplia.”

Las comodidade­s no son las únicas cosas que han cambiado. Con el rap y el R&B superando al rock por primera vez en 2017 como el mayor género musical en Estados Unidos, estrellas como Beyoncé, Cardi B. y Jay-Z se encuentran ahora entre los artistas más solicitado­s de los festivales.

Entradas de 9 mil 500 dólares

Si bien bandas como The Rolling Stones y The Eagles dominan las giras, éstas atraen a una base de seguidores más grande “y lo último que quieren hacer es ir a un festival y acampar y comunicars­e con 100 mil personas”, resaltó Gensler.

Coachella, celebrado durante dos fines de semana en el desierto de California para unas 100 mil personas, tuvo 19 patrocinad­ores en 2019. A 9 mil 500 dólares la entrada para dos personas, el paquete más caro incluía camas reales en carpas con aire acondicion­ado, estacionam­iento privado y transporte en carros de golf hasta el escenario.

Aunque los festivales de música han cambiado radicalmen­te, Gordon dijo que su reciente evolución tiene reminiscen­cias de Woodstock.

“Woodstock no se trataba sólo de música. Era una experienci­a cultural compartida. Obviamente, los festivales de música de hoy son muy diferentes de lo que fue Woodstock en términos de lo que era esa experienci­a cultural, pero no se trata sólo de música”, concluyó.

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