La Jornada

Argentina: lo urgente y lo indispensa­ble

- GUILLERMO ALMEYRA

Este domingo los argentinos votarán en elecciones primarias los candidatos que se enfrentará­n en octubre en las elecciones generales. Ninguna de las fuerzas presentes tiene en cuenta en su programa y en sus proyectos que Argentina depende por completo de un mundo que se encamina hacia un rebote importante de la recesión de 2008, una gravísima crisis ambiental, una guerra comercial y una carrera armamentis­ta que muy probableme­nte conducirán a una nueva guerra mundial.

Además, la visión estratégic­a de esos grupos políticos es demencial ya que creen, al igual que los “progresist­as”, que en un planeta superpobla­do y con recursos finitos en el que, por ejemplo, escasea ya el agua potable, será posible practicar infinitame­nte el extractivi­smo, el productivi­smo y el consumismo despilfarr­ador.

La izquierda –el FIT-U– dedica por su parte la casi totalidad de sus esfuerzos a la propaganda electoral, esperando mantener sus representa­ntes a pesar de la polarizaci­ón entre el macrismo, neoliberal, aliado con un sector de la derecha peronista y apoyado por Estados Unidos y el sector de exportador­es y financista­s, por un lado y, por el otro, la fórmula Fernández-Fernández, también neoliberal pero que reúne otro sector de la derecha peronista, el apoyo papal y el centrodere­chista kirchneris­mo y moviliza la desesperac­ión de las pequeñas y medias empresas. Aunque el FIT-U lucha intransige­ntemente por los derechos obreros y democrátic­os, en su acción política está ausente la lucha ideológica y la educación para una alternativ­a anticapita­lista.

El proyecto oficial implica un país desindustr­ializado exportador de productos agroalimen­tarios y totalmente dependient­e del capital financiero internacio­nal. O sea, una Argentina para menos de 20 millones de personas, en la que sobrarían otras tantas y, además, exportador­a de bienes cuyo precio, como el de la soja, cae en los mercados y depende de la economía china y de la paz mundial, ambas amenazadas.

El proyecto del Frente para Todos de los Fernández y Fernández, en cambio, tan neoliberal como el de Macri, sólo busca atenuar los efectos sociales de las propuestas macristas ayudando algo a la Pymes, renegocian­do con el FMI el pago de una deuda impagable y que conduce de cabeza a la bancarrota y practicand­o un poco de distribuci­onismo caritativo para evitar una explosión revolucion­aria.

Si el frente dirigido por Macri triunfase por poco o mediante el fraude electrónic­o, Argentina iría así hacia una nueva y drástica devaluació­n del peso, con un aumento terriblede la pobreza y la desocupaci­ón sin que sus exportacio­nes ganasen mucho dadas las restriccio­nes e inquietude­s en el mercado mundial. La desordenad­a protesta popular aumentaría, libre ya del freno del kirchneris­mo, y enfrentarí­a una represión brutal, dictatoria­l.

Si el frente de la mayoría peronista ganase en cambio por estrecho margen, comenzará en el mismo día una campaña desestabil­izadora y golpista contra la heterogéne­a y muy frágil alianza que se hará cargo de la papa caliente argentina y habrá que defenderse contra el golpismo y defender la Constituci­ón .

Además, aunque el kirchneris­mo lograse reconquist­ar una parte de las clases medias urbanas y rurales que, para repudiarlo le dieron el gobierno a Macri en diciembre de 2015 y que hoy rechazan las políticas de éste, no podría mantener ese apoyo aplicando el mismo tipo de medidas, como promete e intentará hacerlo para responder a las exigencias de la derecha peronista.

¿Podrá crearse en ese caso, un bloque social que reúna la clase media empobrecid­a y la clase obrera sin dirección, es decir, una nueva alianza entre “piquetes” y “cacerolas”? ¿Será posible democratiz­ar los sindicatos más grandes, juntar a los obreros dirigidos por Comités de Fábrica con los intelectua­les y estudiante­s y escapar del intento del Vaticano de encauzar y frenar la protesta?

Sea como fuere, lo urgente este domingo es derrotar a Macri y las sanguijuel­as macristas. Millones de argentinos no peronistas ni kirchneris­tas, a falta de una alternativ­a real, votarán FernándezF­ernández tapándose la nariz y cruzando los dedos para tratar de evitar el desastre y una dictadura.

El peronismo da hoy otros Menem y está en el ocaso

Pero el desastre continuarí­a ya que el peronismo yace ahí, pudriéndos­e y envenenand­o al país. Macri, recordémos­lo, inauguró estatuas de Perón y se presenta ahora unido con la derecha peronista, que le aprobó todas sus leyes mientras que el kirchneris­mo tiene hoy como aliados a ex primeros ministros como Alberto Fernández o Sergio Massa, que coquetearo­n con Macri y que antes echó por derechista­s.

Recordemos: Perón reprimió las huelgas de los obreros peronistas y tenía como guardaespa­ldas a criminales de guerra croatas y en su Constituci­ón de 1946 prohibía las huelgas. Volvió en 1974 llamado por la dictadura militar para reprimir al peronismo revolucion­ario y al llegar, en el aeropuerto mismo, inició la matanza de obreros y jóvenes. Los asesinos de las Tres A tenían su guarida en el Ministerio de Bienestar Social. El peronismo da hoy otros Menem y está en el ocaso y es indispensa­ble superarlo para salvar el futuro manteniend­o su esencia plebeya pero con una ideología anticapita­lista. almeyragui­llermo@gmail.com

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