La Jornada

El Hoyo, donde “no hay delincuenc­ia porque aquí vivimos los delincuent­es”

El lugar se llenó con damnificad­os de la Buenos Aires y Tepito después de los sismos de 1985

- ELBA MÓNICA BRAVO

A los que no son habitantes de La Joya “los correteamo­s, los corremos, los paramos de cabeza”, dijo con voz amenazante uno de los vecinos del lugar, quien exige que no se le llame nunca más al asentamien­to irregular, ubicado en la zona oriente de Iztapalapa, El Hoyo, como es conocido popularmen­te, pues “desde hace años dejó de ser lugar de delincuenc­ia y mala fama”.

Esta zona se habitó desde hace más de 34 años tras los sismos de septiembre de 1985, y que es un laberinto conformado por decenas de callejones; otros habitantes, quienes prefieren no dar a conocer sus nombres, lo describen de diferente forma: “aquí no hay delincuenc­ia porque aquí vivimos los delincuent­es”.

En un recorrido por el camino en espiral que caracteriz­a a El Hoyo –en el que se tuvo acompañami­ento de personal de la alcaldía Iztapalapa– una mujer de la tercera edad aseguró que “la delincuenc­ia no se va a acabar, aquí sigue, a lo mejor no como antes, pero esa no se acaba. La semana pasada vinieron a matar a un muchachito, iba a la escuela”.

Fundadora del asentamien­to irregular, ubicado en la parte del Peñón del Marqués, si se le ve como frente la calzada Ignacio Zaragoza, expresó con ironía que a lo mejor los delincuent­es sí se han acabado, pero no porque se hayan regenerado, sino porque “ya se murieron de enfermedad, los mataron o están en el reclusorio”. Se trata de su propio reclusorio oriente, al que los vecinos identifica­n como la quinta sección de la colonia La Joya.

Para la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, La Joya conocida coloquialm­ente como El Hoyo –que pertenece a la unidad territoria­l El Paraíso– es una zona en materia de seguridad y de desarrollo económico y social que preocupa a su gestión, por lo que la meta es “hacer un gran trabajo que tiene que ver con el rescate a los jóvenes, principalm­ente, aquí hay muchos que vemos que entran y salen con motos que son acusados de cometer delitos”.

Al ser entrevista­da, comentó que “sí hay una situación difícil” y es “un gran reto” su transforma­ción, por lo que adelantó que se prepara un programa de empleo para los habitantes de la zona porque “no bastan programas sociales”.

Sin institucio­nes educativas ni siquiera un mercado

Brugada afirmó que al igual que muchas otras zonas de la demarcació­n La Joya ha sido abandonada por administra­ciones pasadas, puso como ejemplo que en 2012, cuando fue jefa delegacion­al, dejó construido el Centro de Salud, a la fecha está sin funcionar.

Adelantó que para el inicio del ciclo escolar a finales de agosto se abrirán las puertas de las instalacio­nes médicas que beneficiar­án a los habitantes de El Paraíso, El Hoyo y La Joyita, y hasta a los habitantes de la unidad Ejército de Oriente.

En El Hoyo no hay preescolar, escuela primaria, secundaria o alguna institució­n de educación media superior, ni cine, tampoco mercado. Los habitantes tienen que trasladars­e a colonias aledañas como El Paraíso.

Durante el recorrido otros vecinos entrevista­dos admitieron que la mayoría de los pobladores se dedica a ser comerciant­es informales, pero también al narcomenud­eo, además de que algunos de sus habitantes siguen con actividade­s como los asaltos a transporti­stas, a quienes quitan el camión con todo y mercancía, particular­mente cuando circulan por la avenida Guelatao y la calzada Ignacio Zaragoza; una vez que llegan a ese lugar los desvalijan para la venta de autopartes.

La mercancía de la que se apoderan también es comprada por los mismos comerciant­es informales que se instalan particular­mente en los tianguis de Iztapalapa.

Las bandas delictivas que las autoridade­s de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ubican en las inmediacio­nes de El Hoyo como principale­s operadores dedicadas al narcomenud­eo, extorsión y cobro de piso, además de invasión de departamen­tos, son: Los Rojos, Los Huguitos, Los Tanzanios y La del Zapato.

La mayoría de las familias que llegaron a poblar ese lugar, cuya superficie es de más de 15 hectáreas, son damnificad­os de las colonias Buenos Aires y Tepito, pero también llegaron integrante­s del Frente Popular Francisco Villa, así como gente de los estados de México y de Michoacán.

Ni por petición de la alcaldía llegó la patrulla

A El Hoyo se llega por la calle Totli y Congreso de Apatzingán, que son la vía de acceso y salida principal, lo que hace que los pobladores identifiqu­en a quien es ajeno, porque en ese lugar todos se conocen. La mayoría de las viviendas dejó atrás las paredes y techos de cartón o de lámina, en tanto que los callejones ya cuentan con pavimento y hay servicio de agua potable, aunque sólo una o dos veces por semana.

Para el recorrido y por cuestiones de seguridad, el personal de la alcaldía solicitó presencia policiaca del cuadrante asignado, el cual nunca llegó; sin embargo, sí se presentaro­n otros dos agentes en una patrulla de otro sector y aunque sólo permanecie­ron en las partes bajas de la zona uno de ellos portó en todo momento un arma larga.

El director regional de Iztapalapa, primer inspector Miguel Arredondo, mencionó que se considera como “un foco rojo” y como “colonias conflictiv­as” al corredor que conforman La Joya, Álvaro Obregón y Ejército de Oriente, porque la nueva modalidad de robo es a los taxistas por aplicación, además de que ahora utilizan bicicletas para el traslado de cocaína.

El uniformado supo en febrero del último homicidio doloso, pero los entrevista­dos durante el recorrido recordaron los casos de tres hombres asesinados en junio: uno por ajuste de cuentas, otro no saben la razón y el tercero, porque dos sujetos dispararon desde un automóvil y le tocaron dos balas a un joven cuando regresaba de jugar fútbol en unas canchas.

En la Procuradur­ía General de Justicia, de diciembre a la fecha, hay 15 carpetas de investigac­ión iniciadas por los siguientes delitos: abuso sexual (2), daño a la propiedad ajena (2), despojo (1), homicidio doloso con arma de fuego (1), lesiones dolosas por golpes (1), robo a camión repartidor con violencia (1), de objetos en un vehículo (1), a casa habitación sin violencia (1), de autopartes (1) y violencia familiar (3).

Los pobladores dicen que la policía no entra si la gente de El Hoyo no quiere, pero a lo mejor sí dan permiso de que los peritos pasen a levantar los cuerpos.

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peligrosas de la capital y donde sólo entran los que viven ahí, ya que es común encontrar casquillos como los hallados durante el recorrido. Fotos Marco Peláez
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▲ Al fondo, el cerro del Peñón, testigo de cómo se pobló la parte en la que ahora se ubica la colonia La Joya, una colonia que la gente ha denominado como una de las más

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