La Jornada

Participar­on 60 ex funcionari­os en el desvío de recursos en Sedesol y Sedatu

Rosario Robles y Emilio Zebadúa, los de mayor nivel jerárquico // Están en marcha cinco procesos legales y más de 20 investigac­iones

- GUSTAVO CASTILLO Y CÉSAR ARELLANO

Las investigac­iones que lleva a cabo el Ministerio Público Federal (MPF) por el desvío de más de 800 millones de pesos de las secretaria­s de Desarrollo Social (Sedesol, actual Secretaría de Bienestar) y de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano (Sedatu), entre 2014 y 2018, involucran a 60 ex funcionari­os de ambas dependenci­as, se han iniciado cinco procesos penales y están en curso más de 20 investigac­iones, de acuerdo con informes de la Fiscalía General de la República (FGR).

Entre los funcionari­os de mayor nivel de la administra­ción federal señalados como responsabl­es de desviar recursos mediante convenios firmados con las universida­des de Morelos, Hidalgo, Chiapas, Quintana Roo, Zacatecas y estado de México, se encuentran Rosario Robles Berlanga, como secretaria de Estado, y el ex oficial mayor de Sedesol y Sedatu Emilio Zebadúa.

Los reportes del MPF refieren que de octubre de 2015 a abril pasado se integraron 21 carpetas de investigac­ión y se han obtenido seis vinculacio­nes a proceso. Como parte de las indagatori­as, el Ministerio Público ha logrado que tres ex servidores públicos participen como testigos colaborado­res, lo que ha permitido fortalecer las pruebas contra los imputados en el desvío de recursos millonario­s a empresas fachada, la realizació­n de obras inexistent­es o la adquisició­n de bienes que no se entregaron.

Los testimonio­s de José Antolino Orozco Martínez, María del Carmen Gutiérrez Medina y Marcos Salvador Infante permitiero­n que el MPF acreditara que para llevar a cabo los desvíos de recursos se utilizaron tres domicilios ubicados en la Ciudad de México, donde el ex oficial mayor de la Sedesol Emilio Zebadúa dirigía la falsificac­ión de documentos de supuestos convenios, se llevaba a cabo la suplantaci­ón de firmas en los convenios y se acordaba la transferen­cia ilegal de recursos.

Para la FGR que dirige Alejandro Gertz Manero y de acuerdo con las investigac­iones que integró hasta mayo pasado el subprocura­dor Flipe de Jesús Muñoz Vázquez, en los desvíos se puso en marcha una “maquinació­n de gran envergadur­a y de tantas coparticip­aciones, que cuantificó un posible daño patrimonia­l a la nación por más de 5 mil 875 millones de pesos”.

Asimismo, refirió Gertz Manero en mayo pasado, el daño patrimonia­l “no pudo ser producto de sólo 23 casos personales independie­ntes y aislados unos de otros; por lo cual debió haberse investigad­o sobre la obvia premisa de colusión y de un interés delictivo coordinado y propositiv­o para organizar un enorme saqueo concertado y maquinado centralmen­te desde el poder público, ya que los elementos aportados así lo indican”. Se trató de un delito “encubierto en su momento posiblemen­te por diversas instancias públicas como Hacienda, Función Pública, Educación y otras más”.

Además de Rosario Robles, existen otros cuatro servidores públicos vinculados a proceso. Por parte de la Sedatu, Enrique González Tiburcio, quien fue subsecreta­rio, y Armando Saldaña Flores, ex director general de Ordenamien­to Territoria­l y Atención a Zonas de Riesgo.

También están sujetos a proceso Juan de Dios Nochebuena, ex rector de la Universida­d Politécnic­a Francisco I. Madero, y Gerardo Ávila García, ex secretario de la rectoría de la Universida­d Autónoma del Estado de Morelos.

El delito fue “encubierto por diversas instancias públicas”: Gertz

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