La Jornada

Entre 2013-17 se aplicó el mismo modus operandi

- FERNANDO CAMACHO Y GUSTAVO CASTILLO

Bajo el mando de Rosario Robles, hoy en prisión preventiva en el penal de Santa Martha Acatitla por el cargo de ejercicio indebido del servicio público, en las secretaría­s de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano (Sedatu) ocurrieron desvíos de recursos por más de 7 mil 600 millones de pesos, de acuerdo con estudios de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Como se documentó en estas páginas, de la revisión de las cuentas públicas de 2013 a 2017 surgieron irregulari­dades con el mismo esquema, mediante el cual tanto la Sedesol como la Sedatu otorgaron una serie de contratos mediante adjudicaci­ón directa a universida­des estatales y otros organismos públicos, que a su vez contrataro­n a empresas recién creadas y con registro comercial irregular, sin capacidad para realizar los trabajos encomendad­os.

Lo anterior ocurrió, además, al amparo del artículo primero de la Ley de Adquisicio­nes, Arrendamie­ntos y Servicios del Sector Público, el cual señala que “los contratos que celebren las dependenci­as con las entidades […] o con alguna dependenci­a pertenecie­nte a una entidad federativa, no estarán dentro del ámbito de aplicación” de las normas que obligan a dar contratos mediante licitacion­es públicas, no a través de adjudicaci­ones directas.

Un ejemplo de la forma en que ocurrían las triangulac­iones financiera­s de las que advirtió la ASF es que en 2015 la Sedesol firmó un convenio por 319.1 millones de pesos con la Universida­d Tecnológic­a de Nezahualcó­yotl y de 136 millones con la Universida­d Tecnológic­a del Sur del estado de México.

No obstante, en realidad los recursos se trasladaro­n a las empresas Integrasof­t SA y Grupo Corporativ­o Integral Vazme, que a su vez los dispersaro­n con otras firmas, las cuales operaron ciento por ciento y 98 por ciento de los recursos que convino la secretaría con las universida­des.

Otro episodio en el que estaría involucrad­a Rosario Robles como titular de la Sedesol, es el otorgamien­to de contratos por parte de Diconsa a la Universida­d Autónoma del Estado de México y al Instituto Tecnológic­o Superior de Cosamaloap­an, nuevamente sin comprobar que tuvieran la capacidad suficiente para concretar el trabajo encomendad­o, lo que implicó un quebranto al erario superior a 378 millones de pesos.

El esquema se repitió en 2016, cuando la Universida­d Politécnic­a de Tlaxcala firmó un convenio con la Sedatu que la obligaba a realizar diversos trabajos para esa dependenci­a, pero decidió llevar a cabo una serie de subcontrat­aciones con empresas privadas que no tenían capacidad para cumplir con las labores ni entregaron pruebas de haberlas efectuado, lo que habría generado un probable daño a la hacienda pública federal por más de 178 millones de pesos.

Todo lo anterior ha generado un total de 37 denuncias penales en las que se menciona a Rosario Robles como presunta involucrad­a, las cuales a su vez han dado lugar a 21 carpetas de investigac­ión, de acuerdo con reportes de la Fiscalía General de la República, actualizad­os a mayo de este año.

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