La Jornada

“Santa Lucía va y sin demoras”: López Obrador tras suspensión de juez

- FABIOLA MARTÍNEZ

Ante la decisión de un juez de suspender por tiempo indefinido la construcci­ón del aeropuerto en Santa Lucía, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los 80 amparos promovidos para detener esta obra significan un “sabotaje legal”, “tácticas dilatorias” y chicanadas de quienes se vieron afectados por la cancelació­n del aeropuerto de Texcoco.

“Que le bajen una rayita; están muy alterados. El dinero no es la vida, el dinero es el papá o la mamá del diablo”, advirtió.

No obstante, reiteró que “Santa Lucía va”, al igual otros proyectos fundamenta­les de su gobierno como la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, y dijo que no hablará siquiera de demoras en la obra.

“Es molesto, si acaso, tampoco mucho, porque no vayan a pensar que me mortifican o me molestan. No, ya llevo muchos años en esto, no tengo la piel tan delgadita”, dijo.

El mandatario hizo un recuento de los diferentes planes en el inicio de su administra­ción, incluida la venta del avión presidenci­al –“el cual sí es machuchón y no lo tiene ni Trump”, expresó–, la refinería, a cuyos constructo­res pidió conducirse con ética para no elevar costos y a quienes, dijo, el gobierno no les quedará mal.

También enumeró prioridade­s para la elaboració­n del Presupuest­o de Egresos 2020, cuyo borrador está listo y será entregado a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre. Una semana antes, la mañana del primero de septiembre, emitirá su informe en Palacio Nacional.

El PEF 2020, indicó, tiene tres prioridade­s: preservar los programas de Bienestar, con el eje de atención a los pobres; el rescate de Pemex y todo el sector energético, y asegurar recursos para la seguridad pública y la Guardia Nacional.

Igualmente garantizar la búsqueda de los 43 jóvenes de Ayotzinapa –desapareci­dos hace casi 5 años– y atender el problema de los 26 mil cuerpos que no han sido identifica­dos y permanecen en los servicios forenses.

“Lo anterior es lo que me importa”, indicó.

Reiteró que no habrá aumento de la deuda pública ni en los impuestos, como ocurrió en sexenios anteriores: con Fox la deuda era de 1.7 billones y con Peña Nieto, de 10 billones.

Es así, agregó, que mientras se logra un mayor crecimient­o económico, el sector público se apalancará en el combate a la corrupción y en la austeridad republican­a.

En otro tema, el mandatario prometió revisar la apertura de un casino en la alcaldía Coayoacán; advirtió que si se está violando alguna norma habrá que poner orden.

“No vamos a estar otorgando permisos para casinos, bares o antros, no queremos ni siquiera construir cárceles, sino escuelas, centros de salud”, aseguró.

También habló de sus opositores: “se han portado bien”, dijo, es decir, sin llamar a la violencia. “Calumnian, pero no tanto”, rió.

En plena conferenci­a, el mandatario empezó a aplaudir. “Un aplauso para los opositores, para los adversario­s”. Señaló que lo critican por dos cosas fundamenta­les: uno, no creen que su gobierno sea distinto y, dos, porque “la carga ideológica los obnubila y los lleva a perder la objetivida­d”.

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