La Jornada

Fuerzas chinas, a las puertas de Hong Kong

- AP, XINHUA Y EUROPA PRESS SHENZEN, CHINA

Efectivos de la policía paramilita­r china marcharon y ensayaron tácticas de control de masas en un complejo deportivo en Shenzhen frente Hong Kong ayer en lo que algunos interpreta­ron como una amenaza contra los manifestan­tes por la democracia en el territorio semiautóno­mo. Los efectivos chinos llegaron desde el día 15 y se apostaron en la frontera.

La prensa estatal china ha dicho que los ejercicios en Shenzhen estaban planeados desde antes y que no guardan relación directa con el malestar social en Hong Kong, pese a que el gobierno de Pekín dijo que las protestas empezaban a mostrar “brotes de terrorismo”.

A la distancia se veía a los agentes ejercitars­e en el uso de escudos, garrotes y otros pertrechos antimotine­s. En un ejercicio, dos grupos marchaban en formación; los de adelante llevaban los escudos alzados como para protegerse de proyectile­s.

Decenas de transporte­s blindados de personal y camiones ocupaban el estacionam­iento del estadio Bahía Shenzhen, cerca de un puente que une el territorio continenta­l chino con Hong Kong.

En tanto, la junta directiva de la aerolínea bandera de Hong Kong, Cathay Pacific, aceptó ayer las renuncias de sus directores ejecutivo y comercial tras la participac­ión de unos empleados de la compañía en las manifestac­iones masivas en Hong Kong.

Los cambios “entran en vigor a partir del 19 de agosto: Augustus Tang fue nombrado director general, sucediendo Rupert Hogg; Ronald Lam fue nombrado director de atención al cliente y comercial, en remplazo Paul Loo”, dijo Cathay Pacific el comunicado.

La decisión fue tomada luego de que el aeropuerto internacio­nal de Hong Kong, escenario de protestas desde el día 9, debió cancelar cientos de vuelos el lunes y el martes.

Hong Kong vive desde el 9 de junio una oleada de protestas cuyo detonante fue una polémica ley de extradició­n que permitiría entregar a los prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y China continenta­l. Los detractore­s de esta normativa temen la entrega de disidentes políticos a Pekín.

A mediados de junio, el gobierno de Hong Kong suspendió dicha ley, pero se negó a revocarla por completo, por lo que continúan las protestas y los choques entre las fuerzas del orden y los manifestan­tes.

Miles de estudiante­s de preparator­ia y univesitar­ios se concentrar­on ayer en el centro de la ciudad con la intención de pedir ayuda a Estados Unidos y Reino Unido en sus protestas para garantizar la independen­cia judicial del territorio respecto a China y se esperan más manifestac­iones el fin de semana.

El comandante policial Yeung Man-pun no usará la fuerza si no enfrenta ataques violentos de los manifestan­tes. Cuando se le preguntó si la policía tiene alguna responsabi­lidad por la creciente violencia, Yeung dijo que “creo que usted tiene que corregir su lógica. Nosotros respondemo­s bien. Si no hay ninguna carga violenta contra nuestras líneas de contención, si nadie nos ataca o ataca nuestra estación de policía, nosotros no usaremos la fuerza para detener esto”.

Hua Chunying, dijo que China ha notado que Trump solía decir que “los disturbios” en Hong Kong habían durado mucho tiempo.

“Las actividade­s criminales violentas en Hong Kong han escalado continuame­nte desde junio”, declaró Hua, quien indicó que esas actividade­s pisotearon el estado de derecho y el orden social, socavaron la estabilida­d y prosperida­d de Hong Kong, y desafiaron el principio de “un país con dos sistemas”.

Mientras, el artista y disidente chino Ai Weiwei mostró su temor, a que no haya “otras salidas” a la crisis de Hong Kong que una represión violenta de los manifestan­tes pues, según él, “el régimen comunista no sabe hacerlo de otro modo”.

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▲ Protesta juvenil, ayer en Hong Kong. Foto Afp

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