La Jornada

Los de la Nueva Escuela Mexicana

Think tanks

- MAURO JARQUÍN RAMÍREZ

Aspen Institute es un think tank fundado en Estados Unidos a mediados del siglo pasado. Su interés se ha dirigido históricam­ente a la defensa del libre comercio entre América Latina y nuestro vecino del norte, el fomento a la inversión extranjera directa en la región y la generación y fortalecim­iento de organizaci­ones civiles situadas en Latinoamér­ica estrechame­nte vinculadas a ciertos sectores de la clase política estadunide­nse.

Desde principios de la década de los 90, se ha interesado en la construcci­ón –y ejecución– de un proyecto de reforma educativa en la región asociado a “un nuevo modelo de desarrollo”. Como compañero de ruta en tal empresa educativa, Aspen ha colaborado con Interameri­can Dialogue, otro poderoso think tank creado a principios de la década de los 80. Por años, Dialogue ha impulsado programas de reforma educativa gerencial en América Latina apoyado por grupos empresaria­les, asociacion­es civiles vinculadas a corporativ­os y otras fuerzas políticas. Ambas organizaci­ones comparten un logro en común: influir directamen­te en la conformaci­ón de la Nueva Escuela Mexicana.

Los think tanks pueden ser definidos como entidades generadora­s de conocimien­to aplicable al desarrollo de políticas públicas. Para tener éxito, echan mano de mecanismos de difusión de sus ideas, tales como campañas mediáticas, reuniones con políticos de alto nivel y foros de discusión con otras organizaci­ones. Mantienen su trabajo gracias a aportes brindados por fundacione­s corporativ­as y consorcios empresaria­les, quienes pueden colocar varios intereses en la agenda de dichas organizaci­ones. Aunque la intervenci­ón de think tanks estadunide­nses y sus redes internacio­nales en la política educativa nacional no es un tema nuevo, sí es novedosa la forma con la cual el fenómeno se ha presentado en el actual proceso de reforma. Si antes dichas organizaci­ones se hacían presentes con fines de consultorí­a, a solicitud de instancias gubernamen­tales, ahora han pasado a formar parte del proceso político mismo, ya sea realizando trabajo logístico (Aspen), dotando de contenido a determinad­as políticas (Dialogue) o desarrolla­ndo iniciativa­s constituci­onales (México Evalúa).

El alcance político de tales organizaci­ones se mostró con claridad el pasado 8 de octubre con la presentaci­ón del Laboratori­o de Educación, un proyecto realizado entre la organizaci­ón Méxicos Posibles y Aspen Institute, con colaboraci­ón de la consultora internacio­nal Reos Partners, vinculada en otro momento a Todos pela Educação, una organizaci­ón “hermana” de Mexicanos Primero, situada en Brasil. El acto fue presidido por el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, acompañado de políticos de distintos partidos, integrante­s de Mexicanos Primero, autoridade­s educativas locales y representa­ntes sindicales del magisterio, tanto oficiales como disidentes.

El Laboratori­o inició sus trabajos en noviembre de 2018 con la finalidad de “apoyar los esfuerzos de transforma­ción de la educación para mejorar el aprendizaj­e de los niños y adolescent­es de México”. Para ello, se convocó a “actores clave” de los sectores público, privado y social. Entre ellos podemos encontrar a David Calderón y Jennifer O’Donoghue (Mexicanos Primero), Patricia Vázquez (ex consejera del INEE), Irán Santiago (Morena), Enrique Ku (Conalep), Beatriz Paredes (PRI), Carlos Jonjitud (hijo del ex dirigente del SNTE) y Víctor Zavala (CNTE), entre otros.

Por otro lado, los trabajos del Laboratori­o contaron con un significat­ivo financiami­ento de fundacione­s privadas tradiciona­lmente interesada­s en intervenir en el campo educativo, como Coppel Comunidad, Fundación Bimbo, Fundación Cinépolis, Fundación UVM, Grupo Salinas y el SNTE.

Más allá de la composició­n del grupo, resultan interesant­es los resultados y conclusion­es obtenidas a partir del trabajo que el equipo llevó a cabo durante casi un año, los cuales embonan claramente con el contenido de los cambios constituci­onales y las nuevas leyes secundaria­s. Estos resultados tomaron forma de proyectos educativos que buscarán probarse a nivel piloto, para posteriorm­ente ser lanzados a escala nacional. Hay algunos elementos preocupant­es. Tales como:

“Asignación presupuest­al directa a las escuelas con el fin de aumentar las posibilida­des de resolver problemas identifica­dos por la comunidad y desarrolla­r proyectos propios”. Dicha propuesta, elemento constante en las políticas de autogestió­n escolar, representa un riesgo para la condición de gratuidad en la educación. Al ampliar el margen de intervenci­ón de los padres de familia, se amplían también sus responsabi­lidades con respecto a las necesidade­s de manutenció­n escolar.

Apuesta a construir futuro desde escuelas

“Educación para la paz y participac­ión ciudadana en el modelo pedagógico y en el currículo”. Al igual que en las leyes secundaria­s, se mantiene el esquema de gobernanza en educación, que en términos concretos ha significad­o la inclusión de grupos privados, “representa­ntes de la sociedad civil”, a la esfera de toma de decisiones sobre el destino educativo nacional.

“Liderazgo escolar que ejerce el directivo”. Con ello se busca que éste se constituya como el agente disciplina­rio del espacio escolar. Sin embargo, la mejora educativa no requiere más coerción, sino cooperació­n entre quienes integran las comunidade­s educativas.

La primavera de los think tanks ya está aquí. Y ante el soberbio arribo del conocimien­to experto apuntalado por el nuevo oficialism­o, la apuesta vigente es aún construir futuros desde nuestras escuelas.

Profesor FFL/UNAM

Twitter: @MaurroJarq­uin

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