La Jornada

Familiares de Digna Ochoa confían en que la Coridh haga justicia

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

La llegada a la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos (Coridh) del caso de la muerte de la abogada Digna Ochoa no sólo representa la oportunida­d de demostrar que se trató de un asesinato y no de un suicidio, sino también de comprobar que hay elementos para hablar de un “crimen de Estado”, señalaron los familiares de la víctima y la organizaci­ón civil que los acompaña.

En conferenci­a de prensa, David Peña, integrante del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social (GADHJS), recordó que desde el asesinato de Ochoa, ocurrido en 2001, la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) abrió de oficio un expediente para analizar de qué forma se llevó a cabo la investigac­ión de la entonces Procuradur­ía General de Justicia del Distrito Federal sobre el caso, instancia que clasificó lo ocurrido como un presunto suicidio.

Sin embargo, recordó el abogado, en mayo de 2019 la CIDH emitió un informe de fondo en el cual señaló que las autoridade­s capitalina­s habían cometido irregulari­dades graves en la indagatori­a, entre ellas no investigar las amenazas previas en contra de Digna Ochoa, por lo que emitió una declaració­n de responsabi­lidad del Estado mexicano.

Jesús Ochoa, hermano de Digna, destacó que al llegar el caso a la Coridh, “hoy existe la posibilida­d de ofrecer las pruebas que guardamos con mucho celo para que investigar­an un probable asesino. Esto no fue más que un crimen de Estado”.

En el mismo sentido, la abogada Karla Micheel Salas, también integrante del GADHJS, coincidió en qué “hay muchos elementos para decir que fue un crimen de Estado”, al no haberse agotado las líneas de investigac­ión que sugerían un probable caso de homicidio.

Las fallas en la indagatori­a ocurrieron, señaló, a pesar de que en el caso hubo una “sobreinves­tigación”, pues el expediente consta de más de 50 mil fojas y se realizaron 269 peritajes, después de los cuales las autoridade­s capitalina­s señalaron que la defensora de derechos humanos se había suicidado, pero además había tratado de fingir que su muerte había sido un asesinato.

Salas recordó que otra falla grave de los gobiernos de la capital y el federal fue no haber protegido a los testigos que señalaron la existencia de amenazas contra Ochoa –lo que provocó el asesinato o desaparici­ón de cuatro de ellos– y la “estigmatiz­ación de género” de la cual fue víctima la abogada para hacerla responsabl­e de su propia muerte.

Tras el informe de la CIDH, autoridade­s capitalina­s se dijeron dispuestas a retomar las investigac­iones, señalaron los litigantes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico