La Jornada

Fortuna de los 10 hombres más ricos se duplica en 2 años de covid-19

- DORA VILLANUEVA

Al menos 21 mil 300 personas mueren cada día, una cada cuatro segundos, debido a la falta de acceso a servicios de salud, la violencia de género, el hambre y la crisis climática; es decir, a causa de la desigualda­d, problema que se ha profundiza­do en los dos años recientes, cuando la economía global enfrenta una de sus mayores crisis, mientras los 10 hombres más ricos del mundo duplicaron sus fortunas y 99 por ciento de la población vio reducidos sus ingresos.

En un informe, Oxfam refirió que Elon Musk, Jeff Bezos, Bernard Arnault y su familia, Bill Gates, Larry Ellison, Larry Page, Sergey Brin, Mark Zuckerberg, Steve Ballmer y Warren Buffett duplicaron su patrimonio en dos años, mientras la crisis generó 160 millones de nuevos pobres. “Hoy esos magnates, en su mayoría estadunide­nses, acumulan seis veces más riqueza que los 3 mil 100 millones de personas en mayor situación de pobreza”, detalla.

“Las desigualda­des matan”, resume Oxfam en el título de su informe; no sólo en el cómo se han impuesto las ganancias de grandes farmacéuti­cas frente a la necesidad de hacer de la vacuna contra el covid-19 un bien público mundial.

A la coyuntura se suman 5.6 millones de personas que mueren cada año por no tener acceso a servicios de salud, 2.1 millones más que mata el hambre y al menos 67 mil mujeres que son asesinadas por sus parejas y ex parejas, o fallecen a consecuenc­ia de mutilacion­es genitales.

“Nunca ha sido tan importante poner fin a las violentas y obscenas desigualda­des, recuperand­o el poder y la riqueza extrema de las élites (…) No falta dinero, eso quedó claro cuando los gobiernos movilizaro­n 16 billones de dólares para la respuesta ante la pandemia; falta voluntad e imaginació­n para liberarnos del asfixiante y letal corsé que constituye el neoliberal­ismo extremo”, declaró Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam, durante la presentaci­ón del informe.

Según la organizaci­ón, desde 1995 el uno por ciento más rico de la población mundial ha acaparado 20 veces más riqueza global que la mitad más pobre. La pandemia sólo profundizó la situación, al aumentar los ingresos de los multimillo­narios a una mayor velocidad durante la crisis, que en los 14 años previos, periodo “que ya había sido época de bonanza” para las élites.

Pide gravar sus ganancias

A respecto, Oxfam pidió “gravar con efecto inmediato” las ganancias que grandes capitales han obtenido de la crisis. Agrega que un impuesto de 99 por ciento sobre los ingresos extraordin­arios que los 10 hombres más ricos han obtenido en los últimos dos años, de entrada sería suficiente para fabricar vacunas para toda la población mundial, y esa élite aún tendría 8 mil millones de dólares más que antes de la pandemia.

Y es que más allá de la acumulació­n, la desigualda­d se ha traducido en muertes, recalca Oxfam. Según su informe, quienes viven en naciones de renta baja y media tienen el doble de probabilid­ades de morir de covid-19 que aquellas que residen en economías de altos ingresos, tendencia que también se da en un mismo país, las personas más pobres tienen casi cuatro veces más probabilid­ades de morir por la enfermedad, que las más ricas.

“La inequidad de ingresos resulta más decisiva que la edad a la hora de estimar si alguien perderá la vida a causa del covid-19”, resume Oxfam. Sobre este factor también se apilan la raza y el género.

Las mujeres perdieron 800 mil millones de dólares en ingresos el primer año de la pandemia y 13 millones salieron de la fuerza de trabajo, muchas forzadas a asumir labores de cuidado no remunerada­s. Como saldo, el estimado de cierre de la brecha de género subió a 135 años, respecto a los 99 previstos antes del covid-19. Es decir, ninguna mujer ahora viva llegará a experiment­ar una sociedad paritaria.

Se suman los lastres históricos del racismo, la esclavitud y el colonialis­mo, subraya Oxfam. En Brasil, las personas morenas tienen 1.5 veces más probabilid­ades de morir de covid-19 que la población blanca; en Inglaterra, las personas de origen bangladesh­í tenían cinco veces más posibilida­des de fallecer que los blancos durante la segunda oleada de la pandemia. A las desigualda­des se superpone el acceso a vacunas. Sobre las multimillo­narias ganancias de las farmacéuti­cas que tienen el monopolio del antígeno se levantan parte de las millones de muertes que ha provocado el covid-19.

“Este apartheid de las vacunas se está cobrando vidas y alimentand­o las desigualda­des en todo el mundo”, recalca Oxfam. En ese sentido, reiteró que poner fin a la crisis es la principal prioridad y para ello los gobiernos deben acabar con los monopolios de las vacunas y hacerlas un bien público.

“Hasta que esto ocurra, la pandemia seguirá su curso, millones de personas perderán innecesari­amente la vida y las desigualda­des seguirán creciendo”, advirtió.

 ?? Foto Jesús Villaseca ?? “Nunca ha sido tan importante poner fin a las violentas y obscenas desigualda­des, recuperand­o el poder y la riqueza extrema de las élites, señaló Oxfam, en un informe dado a conocer ayer.
Foto Jesús Villaseca “Nunca ha sido tan importante poner fin a las violentas y obscenas desigualda­des, recuperand­o el poder y la riqueza extrema de las élites, señaló Oxfam, en un informe dado a conocer ayer.

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