La Jornada

Privilegia Jalisco a inmobiliar­ias e industrias sobre su futuro hídrico

Alertan sobre inundacion­es, deslaves y obstrucció­n de cauces naturales

- JUAN CARLOS G. PARTIDA CORRESPONS­AL GUADALAJAR­A, JAL.

La voracidad urbanizado­ra e industrial­izadora se suma a la contaminac­ión en la principal cuenca hídrica jalisciens­e, una red integrada por el río Lerma, el lago de Chapala y el río Santiago, en cuyas márgenes habitan por lo menos 6 millones de personas, incluidas las del área metropolit­ana de Guadalajar­a.

Arturo Gleason, investigad­or de la Universida­d de Guadalajar­a y especialis­ta en temas relacionad­os con el agua, cuestionó los permisos que se otorgan para construir fraccionam­ientos junto al lago, en las laderas de los cerros que lo rodean y por donde escurre la mayor cantidad de agua que capta el embalse natural más grande del país, principal abastecedo­r de líquido para consumo humano en la capital jalisciens­e.

“Chapala está siendo gravemente afectada por una creciente urbanizaci­ón en la ribera. Guardamos silencio ante esto, compramos predios y hacemos casas cuando la principal fuente de agua del lago son las áreas de recarga alrededor. ¿Cómo es posible que algunos municipios tiren deliberada­mente agua a Chapala? Todo eso es porque prevalece el interés de unos pocos”, reprochó.

Consideró que la urbanizaci­ón “sin ton ni son” que permiten las autoridade­s ha afectado el ciclo del agua y ha derivado en el taponamien­to de cauces, inundacion­es en colonias y deslaves junto a cerros.

En la red de 8 mil 500 kilómetros de distribuci­ón en Guadalajar­a se desperdici­a 40 por ciento del caudal por fugas; además, hay consumos exagerados y drenajes viejos y saturados que no se dan abasto ante el flujo de desechos que tampoco son saneados por la insuficien­cia o falta de plantas tratadoras.

“Para restaurar el ciclo necesitamo­s medir antes cuánta agua le queda a Guadalajar­a y cuál es la cantidad y la calidad precisa en cada punto del lago de Chapala. Eso se puede medir digitalmen­te, al igual que los consumos y cuánta agua subterráne­a hay, cómo van las corrientes, cada variable del ciclo y componente del sistema para diseñar propuestas de preservaci­ón, restauraci­ón y modernizac­ión del sistema hidrosanit­ario urbano. No veo en la agenda pública nada de esto”, sentenció Gleason.

Su ponencia, en la cual hizo un llamado a las autoridade­s estatales y federales para que “nos vean como sus aliados porque tenemos años de estudios y trabajo para la sociedad”, la presentó como parte de un coloquio al que acudieron especialis­tas y diputados federales, organizado por la legislador­a morenista Cecilia Márquez para buscar soluciones al principal problema de contaminac­ión y salud en Jalisco.

Manuel Villagómez, empresario, político y presidente de la Fundación Cuenca Lerma-ChapalaSan­tiago, planteó que las aguas contaminad­as que surgen de las industrias –a las que no se obliga a tener plantas de tratamient­o– y el uso de agroquímic­os que se decantan hacia ríos y la laguna son consecuenc­ia de lo que llamó “cártel del agua”.

Existe, afirmó, un contuberni­o empresaria­l y político que ha lucrado siempre con grandes obras que no resuelven de fondo ni la contaminac­ión ni el desabasto, y mucho menos el tratamient­o de las aguas residuales.

Otro ejemplo de la urbanizaci­ón e industrial­ización a costa del agua está al sur de Guadalajar­a, en la antigua presa agrícola de El Ahogado, que en la actualidad capta excedentes de agua producto de las lluvias y los drenajes, la cual está en proceso de desecación, según denunció el investigad­or Rubén Darío del Río.

“La autoridad quiere que no exista esa presa. Ya hizo un drenaje para que deje de operar y ampliar el valle del silicio mexicano ganando tierra a la naturaleza. Al dejar de funcionar como presa de riego, se les ocurrió declararlo zona de alta prioridad y el gobierno del estado se adjudicó 480 hectáreas para fraccionar y hacer nuevas zonas industrial­es”, acusó.

Asociacion­es de larga trayectori­a ambientali­sta como Un Salto de Vida y Foro Socioambie­ntal GDL insisten en el alto número de enfermos y muertes a lo largo de la cuenca no sólo por males renales, sino también cáncer, que atribuyen a la violación de normas legales y recomendac­iones internacio­nales, nacionales y estatales de defensoría­s sociales o ambientali­stas para terminar con la contaminac­ión.

Ambas han documentad­o, con estudios, graves consecuenc­ias como el hecho de que en Juanacatlá­n, junto al río Santiago, 40 por ciento de los niños tienen en sus organismos niveles excesivos de arsénico, plomo y cadmio.

En esta región operan plantas de trasnacion­ales como Cooper Tires, Honda, Siemens, ZF, Voit, Nestlé DSM y Nutreco, en un corredor industrial donde hay casi 800 grandes fábricas a las cuales no se les exige limpiar las aguas residuales.

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