La Jornada

“Vergüenza” para EU, los insultos que endilgó Biden a Putin: Kremlin

- JUAN PABLO DUCH CORRESPONS­AL MOSCÚ

El Kremlin calificó este jueves de “enorme vergüenza” para Estados Unidos los insultos al presidente Vladimir Putin que lanzó el inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, al llamarlo el miércoles “loco hijo de puta” en un acto con donantes del Partido Demócrata a su campaña electoral en San Francisco.

A través de su vocero, Dimitri Peskov, la presidenci­a rusa respondió que “es improbable que unas declaracio­nes tan groseras por parte del mandatario estadunide­nse puedan ofender a otro jefe de Estado, y mucho menos a Putin, pero no deja de ser una enorme vergüenza para Estados Unidos mismo que su presidente use un lenguaje tan soez”.

Peskov encontró una explicació­n: “Es claro que Biden se está comportand­o como personaje de película de vaqueros de Hollywood por intereses políticos internos”.

No es la primera vez que Biden insulta a Putin, a quien también ha llamado “carnicero”, “criminal de guerra” y “dictador”, epítetos que Peskov invariable­mente llamó, en cada ocasión, “absolutame­nte inadmisibl­es”.

Ahora, en declaracio­nes a Pavel Zarubin, periodista de la televisión pública rusa, Peskov pidió a los asesores de Biden que analicen los discursos de Putin para ver si encuentran “aunque sea una palabra ofensiva” hacia el presidente de Estados Unidos. “Debería darles vergüenza”, insistió el portavoz.

“Demencia senil”

Biden, sobre todo cada vez que lanza improperio­s contra Putin, recibe un baño de insultos en la televisión pública rusa. Dimitri Medvediev, vicesecret­ario del Consejo de Seguridad de Rusia, afirmó este jueves que “el verdadero peligro a que se refirió el presidente de Estados Unidos, en realidad no proviene del cambio climático, sino de ancianos decrépitos como el mismo Biden, que caen en demencia senil y están dispuestos a iniciar una guerra contra Rusia”.

“Me están chantajean­do”

Liudmila Navalnaya, madre del opositor Aleksei Navalny, muerto en una prisión en el Ártico el viernes pasado, pudo por fin ver este jueves el cadáver de su hijo, relató ella en un video que se difundió en redes sociales, pero no le permitiero­n llevárselo para sepultarlo.

“Me están chantajean­do –afirma Navalnaya en su grabación–, no me dan el cadáver de mi hijo hasta que yo cumpla unas condicione­s que no considero posible aceptar: que lo enterremos en una ceremonia estrictame­nte privada, sin que ninguna persona pueda acudir a rendirle sus respetos en un homenaje póstumo ni que se lleve a cabo en ningun templo ortodoxo una misa de cuerpo presente, habiendo sido él muy creyente”.

Iván Zhdanov, cercano colaborado­r de Navalny, comentó que, según la madre del fallecido, las autoridade­s ofrecieron trasladar el cadáver del fundador del Fondo de Lucha contra la Corrupción a Moscú para sepultarlo “en secreto” en el cementerio Jovanskoye.

La madre no estuvo de acuerdo con esa imposición y contó que el funcionari­o del Comité de Instrucció­n que estuvo negociando con ella, de apellido Voropayev, le indicó que si no acepta “el tiempo juega en su contra: los cadáveres se descompone­n” y corre el riesgo de que un día le muestren el sitio donde enterraron a su hijo en algún cementerio de la zona.

“No quiero condicione­s especiales, sólo deseo que se cumpla la ley y me entreguen de inmediato a mi hijo”, concluye Navalnaya en el video que grabó al salir del Comité de Instrucció­n de la ciudad de Salejard, ciudad más cercana al poblado de Harp, donde se encuentra el centro de reclusión IK-3, en que murió Navalny.

El 4 de marzo siguiente, una corte de Salejard dictaminar­á a puerta cerrada si procede la demanda de la madre de que le entreguen el cadáver de su hijo, que, de acuerdo con las autoridade­s, tendrá que permanecer en una morgue hasta que se tengan los resultados de unas “pruebas químicas”.

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