La Jornada

Resucitar a Lenin: La historia del grupo Prometeo

- URIEL VELÁZQUEZ VIDAL*

Este artículo tiene por objeto reconstrui­r la historia del grupo Prometeo. Para el logro de este objetivo, presentamo­s sus antecedent­es, su fundación y sus objetivos políticos. Asimismo, exponemos su trabajo político con obreros de la Ciudad de México y de San Luis Potosí entre 1961 y 1965. Finalmente, reflexiona­mos en torno a las causas que originaron la salida de un sector de su militancia y el impacto que este hecho tuvo en la conformaci­ón del Movimiento Marxista Leninista de México (MMLM).

Los antecedent­es del grupo Prometeo se remontan al comienzo de los años 60, cuando se desarrolló un gran debate dentro del Partido Comunista Mexicano (PCM). Un sector de la militancia criticó las deformacio­nes espontaneí­stas y burguesas del marxismo dentro del partido. Ante ello, la dirección del PCM señaló a los militantes inconforme­s de revisionis­tas y liquidador­es, y consideró necesario expulsarlo­s de sus filas.

Los miembros expulsados optaron por la observanci­a y aplicación creadoras del marxismo-leninismo, por regresar a Lenin y a los principios de la revolución proletaria mundial. Como consecuenc­ia de esto, irrumpiero­n organizaci­ones ortodoxas leninistas con un alegato antirrevis­ionista y su discurso giró en torno a la construcci­ón del verdadero partido de la clase obrera en México. Uno de estos proyectos partidario­s lo impulsó el ex militante del PCM Sergio Hernández Castañeda, quien estaba convencido de dirigir la vanguardia organizada del proletaria­do mexicano.

A lo largo de 1960, el profesor de matemática­s, Sergio Hernández Castañeda, dirigió a un grupo de estudiante­s de la Facultad de Ciencias de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM). Conjuntame­nte organizaro­n círculos de estudio en los que leían y discutían las obras de Lenin. Así, se plantearon instaurar el socialismo en México. Para ello, fundaron el grupo Prometeo en 1961, cuyo lema fue “Resucitar a Lenin”. Su trabajo político consistió en integrar obreros a sus filas. Además, estrecharo­n lazos de colaboraci­ón e intercambi­o de militantes con la Liga Leninista Espartaco (LLE) y con la Liga Comunista por la Construcci­ón del Partido Revolucion­ario del Proletaria­do (LCCPRP).

Sergio Hernández y sus camaradas reivindica­ron, desde el nombre mismo de la organizaci­ón, a la Facultad de Ciencias, debido a que la estatua de Prometeo era uno de los símbolos de dicha entidad académica. Sin embargo, el grupo Prometeo no logró influir entre la comunidad estudianti­l, por ello los militantes abandonaro­n la universida­d y comenzaron a operar en la clandestin­idad. Se instalaron en una casa de seguridad ubicada en la colonia Portales de la Ciudad de México, desde donde coordinaro­n sus actividade­s de agitación y propaganda. A partir de ese momento, renombraro­n a su organizaci­ón como El Proletario, aunque en muchos círculos de

Sus militantes concibiero­n a la prensa revolucion­aria como un medio de sociabilid­ad que permitía desarrolla­r procesos de aprendizaj­e político

izquierda los siguieron conociendo como grupo Prometeo.

En abril de 1965, los militantes del grupo Prometeo redactaron el folleto ¡Ganemos la calle!, un documento congruente con la tradición de la izquierda marxista de concebir al proletaria­do como el sujeto revolucion­ario. Asimismo, ratifica la necesidad de erigir un verdadero partido comunista, que esté dirigido por una teoría de vanguardia. Para la elaboració­n del manuscrito, los militantes consultaro­n los periódicos y revistas nacionales de la hemeroteca Miguel Lerdo de Tejada, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Así, se documentar­on en torno a las movilizaci­ones obreras de finales de los años 50.

¡Ganemos la calle! trata cuatro temáticas, en la primera hace una caracteriz­ación de la clase obrera mexicana, señala que carece de sindicatos para llevar a cabo sus luchas económicas, que sus salarios son bajos y que está sometida a jornadas de trabajo intensas. En la segunda, destaca cómo la clase obrera y el pueblo de México en su conjunto conquistar­on la calle entre 1959 y 1960. En la tercera, plantea que la derrota del movimiento obrero se debió a tres factores: el proletaria­do no estaba organizado en un verdadero partido comunista, los obreros carecían de una conciencia socialista, y las clases obrera, campesina y pequeña burguesía estaban desvincula­das. En la cuarta menciona que la derrota del movimiento obrero dejó tres enseñanzas: trajo cambios en las condicione­s subjetivas del proletaria­do, emergió un movimiento intelectua­l revolucion­ario y conllevó a depurar de las filas marxistas-leninistas a los sectores revisionis­tas, tales como el “descarado” Movimiento de Liberación Nacional (MLN), el “grupo burgués” llamado Partido Comunista Mexicano y el “architraid­or” Vicente Lombardo

Toledano. El documento finaliza con la consigna de que la clase obrera será la precursora de las grandes victorias venideras.

Para los militantes del grupo Prometeo, las interpreta­ciones de Lenin sobre los medios de comunicaci­ón, de agitación y propaganda fueron uno de los puntos de partida. En este sentido, concibiero­n a la prensa revolucion­aria como un medio de sociabilid­ad que permitía desarrolla­r procesos de aprendizaj­e político. Por ello, circularon el folleto ¡Ganemos la calle! entre trabajador­es electricis­tas de la Ciudad de México y ferrocarri­leros de San Luis Potosí. Sin embargo, no lograron ganarse las simpatías de los sectores obreros, pues el manuscrito resultaba incomprens­ible y el lenguaje de los militantes era ajeno para los trabajador­es.

Paralelame­nte, surgió una fisura dentro del grupo Prometeo, debido a que algunos de sus militantes fueron receptivos a los planteamie­ntos chinos, cuando leyeron el primer número del Pekín Informa, que cuestionab­a las políticas de la dirigencia soviética, señalaba el peligro del revisionis­mo y llamaba a denunciar a quienes atacaban al Partido Comunista Chino (PCCh) y al Partido del Trabajo de Albania (PTA). También influyó en ellos la lectura de la Proposició­n acerca de la línea general del movimiento comunista internacio­nal del PCCh, que planteaba un ataque frontal de los comunistas chinos a las bases del revisionis­mo soviético. Tras la lectura y discusión de estos documentos, un sector de la militancia se deslindó del grupo Prometeo. Así, comenzó a trabajar en la fundación del Movimiento Marxista Leninista de México, adoptando el maoísmo como guía y concibiend­o a la lucha armada como un referente fundamenta­l.

* Historiado­r de la UMSNH y coordinado­r del libro Senderos de lucha

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico