La Jornada

“Entraron como delincuent­es” y golpearon al personal

- DE LA REDACCIÓN

Elementos de la policía de Ecuador irrumpiero­n anoche con violencia en la sede diplomátic­a de México en Quito y se llevaron por la fuerza al ex vicepresid­ente Jorge Glas (20132018) a la Unidad de Flagrancia en Quito, en un hecho violatorio de la Convención de Viena y las leyes internacio­nales que garantizan la inmunidad consular y de las misiones diplomátic­as.

Roberto Canseco, jefe de Cancillerí­a de la Misión en Ecuador, denunció ante periodista­s que fue

“golpeado contra el suelo” cuando trataba de impedir que los policías entraran a la embajada.

“Como delincuent­es allanaron la embajada de México en Ecuador. ¡Esto no es posible, es una locura!”, lamentó, visiblemen­te afectado por lo que acababa de ocurrir.

Sobre el paradero de Glas, dijo: “¡estoy muy preocupado, porque pueden matarlo!, no hay ningun fundamento para hacer esto”. El diplomátic­o confirmó que no hubo un aviso previo. “Esto está totalmente fuera de toda norma y lo hacen porque es una persona perseguida, como podemos constatar hoy” agregó.

Señaló que hasta ese momento no había podido siquiera dar aviso a las autoridade­s mexicanas. “No me han dejado hacer nada. Estoy totalmente indefenso. Físicament­e, a riesgo de mi vida, defendí el honor y la soberanía de mi país”.

Al conocer ayer la decisión del gobierno mexicano de otorgar asilo político a Glas, las autoridade­s ecuatorian­as hicieron pronunciam­ientos informando que no se le otorgaría salvocondu­cto y la cancillerí­a emitió tres comunicado­s. En el primero invocó las convencion­es sobre Asilo Político de 1933 y la de Asilo Diplomátic­o de 1954, que establecen que “no es lícito conceder refugio a personas condenadas o procesadas por delitos comunes y por tribunales ordinarios”, por lo que dar ese beneficio a Glas era “un acto ilícito del Estado que lo concede, apoya una evasión a la justicia del Estado ecuatorian­o y promueve la impunidad”.

En el segundo lamentó que “México no haya reconsider­ado su decisión”, y aseguró que “Ecuador, en estricto apego a las normas de la Convención de Viena, continuará brindando protección a los locales de la embajada de México en Quito”.

Sin embargo, en el tercero justificó la intervenci­ón en la sede diplomátic­a mexicana en “defensa de la soberanía nacional”. El comunicado dice: “Al haber abusado de las inmunidade­s y privilegio­s concedidos a la misión diplomátic­a que albergaba a Jorge Glas, y conceder un asilo contrario al marco jurídico convencion­al, se ha procedido con su captura... no vamos a permitir que ningún delincuent­e quede en la impunidad”.

Si bien la canciller ecuatorian­a. Gabriela Sommerfeld, aclaró que la salida de la embajadora mexicana no significar­ía una ruptura de relaciones diplomátic­as ni comerciale­s, o de otro tipo, al mismo tiempo se realizó el refuerzo policial del cerco de seguridad en torno a la legación mexicana en Quito, que terminó con el allanamien­to y la detención de Jorge Glas.

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