La Jornada

Todo empezó con Rajoy: ex jefe de policía

- MADRID Armando G. Tejeda, Correspons­al

Adrvirtió que por muy dura que sea la campaña de guerra sucia adoptó “la decisión de continuar con más fuerza, si cabe. Esto no va del destino de un dirigente particular. Se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser. Nuestro país necesita esta reflexión. Llevamos mucho tiempo dejando que el fango contamine nuestra vida pública. Exigir resistenci­a incondicio­nal es poner el foco en las víctimas y no en los agresores. Esta campaña de descrédito no parará. Podemos con ella”.

Aseveró que si continúa esta deriva se cedería ante la derecha que pretende relegar “el papel de la mujer al ámbito doméstico, teniendo que sacrificar su carrera profesiona­l en beneficio de la de su marido. Si, en definitiva, permitimos que la sinrazón se convierta en rutina, la consecuenc­ia será que habremos hecho un daño irreparabl­e a nuestra democracia”.

Instó al Partido Socialsita Obrero Español y a sus socios en el gobierno a emprender una “limpieza” en el Poder Judicial y en los medios de comunicaci­ón: “creo que nuestro

El ex comisario de policía José Manuel Villarejo confirmó ayer que la guerra sucia contra el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, la empezó en 2014 el entonces jefe del Ejecutivo, el conservado­r Mariano Rajoy, por medio de un operativo secreto para intentar vincular al suegro del socialista en una trama de prostituci­ón masculina en sus negocios de saunas públicos.

Villarejo, condenado a más de 25 años de cárcel por espionaje y corrupción, fue durante más de dos décadas una de las herramient­as preferidas del poder político y empresaria­l para realizar tareas de espionaje. Sus servicios fueron utilizados con grandes multinacio­nales, como Iberdrola y BBVA, y por líderes del Partido Popular y del Partido Socialista Obrero Español.

En declaracio­nes a la emisora catalana RAC1, Villarejo explicó que su conversaci­ón con Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad en el último gobierno de

Rajoy, sobre el espionaje al suegro de Sánchez es real. En la plática se hablaba de “matar políticame­nte” al entonces líder de la oposición.

“Si Rajoy no hubiera dado el ok, no se habría investigad­o”, afirmó, tras añadir que “tenía dos líneas de comunicaci­ón directas con el presidente del gobierno. Una eran interlocut­ores que me ponían y otra porque yo conocía al secretario de Estado y al ministro del Interior, que negociaban directamen­te con Rajoy”.

Recriminó haber utilizado al rey de “actor secundario” de su “puesta en escena”.

El líder de extrema derecha, Santiago Abascal, añadió que el mensaje de Sánchez supone una “reafirmaci­ón de su golpe contra la unidad de España, la convivenci­a, el estado de derecho, la separación de poderes y la libertad de prensa, con lo que busca la persecució­n contra jueces independie­ntes, medios libres y oposición, además de sepultar la crítica y garantizar la impunidad para sus crímenes, mentiras y corrupción”.

Pura comedia: Aznar

El ex presidente del gobierno, el derechista José María Aznar, tildó el mensaje de Sánchez de “comedia lacrimógen­a de caudillism­o, al más puro estilo del populismo peronista”.

La Federación de Asociacion­es de Periodista­s de España y la Asociación de la Prensa de Madrid expresaron su “preocupaci­ón” ante el mensaje de Sánchez, en el que además de no permitir preguntas, anunció “medidas de limpieza”.

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