Otra vez López-Gatell
Que México tendría que acceder a todas las vacunas que se desarrollaran es algo que Marcelo Ebrard, canciller de nuestro país, previó desde que declaró la pandemia la Organización Mundial de la Salud. E hizo impecablemente su trabajo: adquirió todas las dosis que pudo para México. Que mientras la población no se vacunara seguiríamos todos en riesgo. Que mientras no entendiéramos que para cuidarnos entre todos deberíamos de inocular a la mayor cantidad posible de personas, sobre todo en las grandes urbes. Que tendría que ser gratuito para que todxs sin excepción pudiéramos acceder a las vacunas. Fechas, logística, organización.
Es algo que Claudia Sheinbaum hizo impecablemente. En una ciudad con más de 20 millones de personas. Y personal de salud, en el IMSS de Zoé Robledo, el ISSSTE, el INER, y en todas las dependencias públicas, pero también privadas que se sumaron a la atención de la primera y segunda olas de covid-19. Millones de médicxs y enfermerxs que no han dejado de poner su vida al servicio de la vida de todxs nosotrxs han visto una y otra vez saboteados sus esfuerzos por la ineptitud, la negligencia y la arrogancia del llamado “zar” de la pandemia: Hugo López-Gatell. Desde el principio no ha hecho más que tomar decisiones y hacer declaraciones que comprometen los esfuerzos de todos aquellos que sí están haciendo su trabajo y tomando muy seriamente su deber en esta coyuntura.
Y la gravedad que se percibe en la llamada “quinta ola” nuevamente se la debemos a las indolencias (o francas mezquindades) de este funcionario. No sólo porque ya bajo su responsabilidad (y ya no de la Cancillería) la adquisición de nuevos lotes de vacunas, LópezGatell se negó durante meses a adquirir inoculaciones para los menores de edad. Más aún: sobradamente documentada está la negligencia (dicho con suavidad) de “esconder” cerca de 20 millones de vacunas hasta que se percataron que estaban prontas a la expiración. Malabares trató de hacer en su momento, como siempre.
Pero lo cierto es que el lunes pasado, que por fin empezó la vacunación para menores entre 5 y 11 años de edad, parece que la quinta ola de coronavirus está entrando nuevamente en los hogares mexicanos por aquellos que no pudieron recibir vacuna (muchas veces ni siquiera con amparo en mano): “Mi hijo tiene covid”, es la frase que más hemos escuchado en las últimas semanas.