La Razón de México

EL SUPER BOWL 2024

- POR ALFREDO CASTILLO

No pudo existir una primera mitad más desolada para los aficionado­s de Kansas City, así como para las admiradora­s de Taylor Swift. Cuando San Francisco perdió el balón en su primera serie ofensiva, los fanáticos de los Jefes pensaron que era el inicio del show Mahomes-Kelce, sin embargo, cuando terminó el primer cuarto, Kansas City sólo tenía un primero y diez, contra siete del rival; y cuando faltaban cinco minutos para terminar la primera mitad, los dirigidos por Andy Reid solo tenían 80 yardas totales, la mitad de lo que ya había conseguido San Francisco.

A falta de veinte segundos para terminar la primera mitad, Kansas rompió la blanqueada con un simple gol de campo. La incredulid­ad de los fanáticos de rojo era evidente. En el espectácul­o de medio tiempo, el debate en las mesas de convivio dejó de ser por cuánto podría ganar Kansas City, para centrarse en si los Chiefs podrían equilibrar las cosas ante un San Francisco que, sin hacer nada espectacul­ar, salvo la jugada de anotación, lucía por demás dominante.

El problema no era propiament­e el marcador, ya que al final la diferencia era de solo siete puntos. La verdadera incógnita era que Kansas City no reflejaba ser el equipo llamado a ser una dinastía

sino parecía más bien un equipo de novatos o improvisad­os. Kelce sólo tenía un pase completo y atrás de la línea, Pacheco se había notado más por su fumble que por sus corridas de poder, Justin Watson volvía a tirar un pase que Mahomes ponía en sus números, y el propio Patrick corría más por no ser detenido que por ganar yardas.

Pero así como en el golf existe la famosa frase de “eso no aparece en el score”, en el futbol americano puedes vivir la peor pesadilla pero si no se traduce en puntos, las estadístic­as solo son anécdotas y aunque San Francisco lucía muy superior, el marcador seguía estando muy parejo.

La primera jugada de la segunda mitad inició con otro fumble de un nervioso Pacheco que apenas llegó a recuperar. Sin embargo, sólo dos jugadas después Mahomes sufrió su primera intercepci­ón en 218 intentos en postempora­da (tenía dos años de no ser intercepta­do). No podía ser peor el inicio de la segunda mitad para Kansas City.

Sin poder aéreo, Kansas seguía intentando correr, pero tenía menos de cuarenta yardas terrestres en el tercer cuarto. San Francisco le había permitido menos de la tercera parte de lo que le había aceptado a los Leones de Detroit en la final de conferenci­a.

Para los últimos tres minutos del tercer cuarto, las estadístic­as se equilibrar­on sin que eso significar­a que Kansas tomara el control del partido. Pero en el deporte, y sobre todo en los de alto rendimient­o, los errores marcan la diferencia y un error garrafal de los equipos especiales de San Francisco en una devolución de patada le dio a Kansas no solo el balón, sino el momento del partido, y con ello el marcador se revirtió por primera vez al final del tercer cuarto a favor de Kansas.

Faltando doce minutos para terminar el partido, San Francisco pudo ir por el empate en cuarta y tres, pero se la jugaron y les salió. La valentía tuvo su recompensa y una vez más se fueron arriba en el marcador, aunque la falla del punto extra cerró la diferencia a solo un gol de campo.

Con poco menos de seis minutos en el último cuarto, Kansas City tuvo primero y gol, sin embargo no pudo concretar y se tuvo que conformar con otro gol de campo para empatar el marcador.

En lo que se veía como la última serie ofensiva de San Francisco, los 49 optaron por consumir el reloj lo más que pudieran. Con tercera y cuatro, a dos minutos de terminar el partido, un primero y diez hubiera significad­o prácticame­nte el partido. Pero San Francisco no lo logró y ahora fueron ellos los que se tuvieron que conformar con un gol de campo. Pero más allá de eso, lo debatible fue haber lanzado el balón y no quitarle más tiempo al reloj.

Mahomes, en su última serie, el jugador con más regresos en la NFL, le dejaron casi dos minutos en el reloj, y aunque los llevó a la zona roja y tenía segunda y gol, el tiempo no le permitió sacar una jugada más. Con seis segundos el riesgo era mayúsculo, y el gol de campo sólo nos llevó a una definición en tiempos extras.

Y en la prórroga Patrick Mahomes demostró porque es el digno sucesor de Tom Brady. En sus tres victorias de Super Bowl, el número quince de Kansas City remontó cuando menos un déficit de diez puntos. Su sangre fría, su personalid­ad, la manera como ejecutó, te dejan claro que es un quarterbac­k que está por encima del resto. Hoy por hoy, es el jugador más importante y representa­tivo de la NFL. Hoy por hoy tendremos que decir Su Majestad Patrick Mahomes, el jugador que cualquier equipo quisiera tener en sus manos.

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